La comisaría de Tixcacal Quintero perteneciente al municipio de Huhí ha experimentado un decrecimiento exponencial en su población en los últimos cincuenta años. De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) la tendencia a la baja comenzó en la década de los sesenta cuando la hacienda henequenera contaba con más de setecientos habitantes, los cuales para el año de 1980 se habían reducido a la mitad y actualmente apenas y rebasan el medio centenar.
La situación se agravó luego de que los hacendados abandonaron las labores henequeneras, lo que motivó que la fuerza laboral se dirigiera a las grandes ciudades de la Península como Mérida y Cancún, a tal grado de que en los últimos treinta años la tasa de decrecimiento se aceleró aún más de manera que hoy en día quedan oficialmente menos de un centenar de personas viviendo en la zona, aunque los vecinos comentan que “no somos tantos, tal vez menos de cincuenta, llegaríamos a cien habitantes si contamos a los que trabajan en Cancún y que mensualmente regresan a visitar a algún familiar”, señaló Guillermo Xequé, habitante.
Don Guillermo menciona que hasta antes de la pandemia quienes laboraban en Cancún constantemente visitaban a sus familiares de forma quincenal o mensual; sin embargo, las restricciones de movilidad propiciaron que muchos dejaran de visitar la hacienda, aunque algunos decidieron llevarse a la familia completa para vivir y trabajar en la Riviera Maya, otros dejaron esposa e hijos y formaron nueva familia en Cancún, comentó el entrevistado.
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“Quienes migraron hacia la Riviera Maya generalmente se encuentran trabajando en hoteles, son choferes o se encargan del servicio doméstico”, expresó Guillermo. Además, añadió: “Recuerdo a la familia de los Campos, ese es su apellido, primero se fue el abuelo, luego vino por dos de sus hijos, así los fue llevando a todos hasta que ya no quedó ninguno de los Campos en el pueblo”.
Por otro lado, no todo ha sido prosperidad, Guillermo Xequé recuerda el no lejano caso de Manuel Dzib quien se dedicaba a la albañilería en Playa del Carmen, pues hace pocos meses se encontró entre el fuego cruzado de una balacera en las calles de la mencionada ciudad. Manuel, de treinta y dos años, fue sepultado en un cementerio del vecino estado, al no contar sus familiares con los recursos económicos para trasladar los restos hasta la hacienda donde reposan sus familiares difuntos.
Alonso Flores, quien se dedica a la albañilería señala que también estuvo trabajando en la Riviera Maya donde tuvo la oportunidad de casarse y tener dos hijos, “al principio todo bien, con el paso del tiempo me hice adicto a la cocaína, una noche después de una riña con amigos, ellos me echaron gasolina y me prendieron fuego, por fortuna salvé mi vida y solo tuve quemaduras leves”.
Actualmente, la hacienda forma parte de un proyecto socioeconómico financiado por la Comisión Nacional Forestal (Conafor), El Parque Ecoturístico Tixcacal Quintero, el cual pretende involucrar a la población local para visibilizar las atracciones turísticas de la zona, en la que destacan profundos cenotes como X’Katnup y Cheen Bech, mediante la preservación forestal y de los hábitats de la fauna endémica. El primero es de tipo abierto, ideal para bañarse a la luz del sol, y el segundo de tipo cavernoso, agua clara, habilitado para visitarlo cómodamente.
Por cierto, el cenote de X’Katnup tiene una triste historia. El 23 de agosto de 2021 un grupo de buzos fueron a hacer inmersiones. Cuando ya habían concluido sus prácticas, a uno de ellos, de 57 años, accidentalmente se le cayó su lámpara al agua y se metió a recuperarla, pero no volvió a salir.
Pensando en lo peor y al ver que no salía a la superficie, los buzos se lanzaron también al agua y lograron ubicar el cuerpo y lo sacaron. De inmediato dieron parte a las autoridades y al lugar llegaron policías municipales de Huhí.
Además de los cenotes, en el parador ecoturístico el visitante podrá encontrar un espacio para observar la flora y fauna del lugar. Actualmente han adaptado sitios naturales para crear 10 comederos y bebederos, para que la fauna silvestre tenga sitios de anidación, descanso e hidratación; también han elaborado, con materiales naturales, 20 refugios (nidos) para fauna silvestre, con lo que están contribuyendo en la conservación de la biodiversidad y mejorando los servicios ambientales que se generan en las selvas yucatecas.
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CC