La plaga de cochinillas que invadió parte de la comisaría de Xcunyá, en Mérida, ya llegó hasta unos 30 hogares e incluso se ha metido hasta las orejas de las personas, aseguraron los pobladores afectados, quienes denunciaron que la Secretaría de Salud no les ha prestado auxilio.
El comisario municipal de la localidad, Olegario Chalé Hoil, se reunió con funcionarios de Salud estatal y del Ayuntamiento de Mérida para solicitarles la fumigación al poblado, pero la ayuda nunca llegó y el problema ha escalado.
Los habitantes aseguraron que constantemente tienen que estar sacudiendo sus ropas, hamacas e incluso sus trastes, debido a que las cochinillas están por todos lados, e incluso muchas de ellas han picado a las personas y otras se han introducido en las orejas de la gente, por lo cual temen que se desate alguna enfermedad.
Una de las afectadas, Elda María Cimú Cab, con sus 69 años de edad, tiene que lidiar todos los días con los insectos, que se han apoderado de toda su casa; sus paredes están manchadas de tantos bichos que ha aplastado con su matamoscas.
“No sabemos para cuándo se van a acabar, yo a diario saco cerca de una cubeta de estos insectos que mato y barro pero se siguen reproduciendo y apareciendo más, y ahora con la temporada de lluvias esto está aumentando”, dijo.
Indicó que ya se ha hecho de todo para evitar que las cochinillas ingresen a su casa desde poner cal alrededor, lavar sus pisos con ácido muriático, cloro o pinol e incluso prender pedazos de papel para quemarlas y lo único que ha conseguido es que se incendien sus miriñaques.
“Nos sentimos desatendidos por nuestras autoridades porque esta plaga, que lleva ya más de un año no han hecho nada, nos dicen que van a fumigar pero no dicen cuándo”.
Caso similar es lo que sucede en el molino propiedad de Dora Ek, ubicada en el centro de la población, quien tiene a diario que tirar cal en la puerta de su negocio para evitar que las cochinillas ingresen a él, sin embargo, en un principio esto era efectivo, siendo que ahora “ya ni esto respetan, ahora solo tenemos cochinillas blancas”, dijo sarcásticamente.
Indicó que como ella trabaja con alimentos tiene que estar muy pendiente que estos insectos no lleguen a los productos; ha destinado a una persona para que barra con frecuencia y evitar el ataque.
Soledad Cohuo, madre de dos pequeñas, aseguró que lo que más le preocupa es que estos insectos puedan provocarle alguna enfermedad a ella o a sus hijas, pues ha sabido que a algunas personas del municipio les ha entrado incluso en el oído y con aceite se lo han tenido que sacar.
“Entiendo que algunas productoras de abejas meliponas quieran impedir la fumigación del municipio, pero también ellas deben de comprender que no podemos seguir viviendo así, debe existir algún producto que no les afecte y es lo que las autoridades deben buscar”.
Afirmó que ahora los niños no pueden ni acudir al parque de la localidad, pues incluso los juegos infantiles y las bancas están repletos de estos insectos y aunque antes solo se veían por las noches y al amanecer ahora ya están todo el día y cada vez en mayor número.
Integrantes del comisariado ejidal informaron que el pasado viernes se tuvo una reunión con las autoridades de salud y con un grupo de mujeres que se oponían a la fumigación llegando al acuerdo de usar algún producto que no afecte a las abejas que se crían en la localidad, pero hasta el momento no han regresado para realizar las acciones.
Se intentó obtener la información oficial por parte de la Secretaria de Salud de Yucatán sobre esta reunión o de las acciones que tomarán al respecto, sin embargo el jefe de la unidad de Comunicación social de la SSY, Luis Felipe Vázquez Ortiz, se limitó a señalar que no le han dado indicaciones acerca de la información al respecto.
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JG