La Secretaría de Marina, a través de la Armada de México en funciones de guardia costera, otorgó ayuda a una embarcación ribereña que se encontraba a la deriva tras registrar una falla en su sistema interno operativo.
Fue una embarcación pulpera de grandes dimensiones la que se percató del navío de embarcación menor y procedió a emitir el llamado de auxilio a la sala de control del organismo mencionado, pues había una tripulación de tres hombres de mar que corrían riesgo de sufrir consecuencias de un naufragio por tiempo prolongado.
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De esta manera, personal adscrito a la décima tercera zona naval, quienes emprendieron carrera a través del mar para brindar el apoyo a la embarcación ribereña de nombre Emir y Edwin, cuyo fallo se presentó específicamente en su motor de propulsión cuando se encontraba a aproximadamente 17 kilómetros al Noreste de Progreso.
Lo que sorprendió a los militares fue que el trío de pescadores argumentó que luego de sufrir el desperfecto ya padecían a la deriva dos días, aunque sin sufrir la falta de víveres, pues supieron administrar tiempo y concentración mental, factor clave para no caer en la desesperación.
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El traslado se proporcionó por medio de una patrulla interceptora, otorgando posteriormente atención médica a los náufragos, demostrando un estado de salud positivo y sin requerir mayores atenciones. El navío fungió también como remolque de la lancha.
Finalmente, los tres rescatados llegaron al muelle de la décimo tercera zona naval, acudiendo familiares y allegados que desconocían la situación del navío Emir y Edwin, el cual pretendía realizar su último viaje luego del cierre de puertos que ordenó la capitanía regional.
Tal como informamos el mes pasado, el último rescate del mismo tipo ocurrió apenas en la segunda quincena del mes de agosto, cuando la Marina avistó a dos tripulantes a bordo de una embarcación también de menor navegación a la deriva, luego de quedarse sin propulsión de motor, la única diferencia es que en ese caso los náufragos sí presentaban signos de deshidratación.
En lo que respecta a balseros oriundos de Cuba, el último incidente se tuvo este mismo mes en su segunda semana, cuando pescadores de pulpo avistaron una embarcación de aspecto vulnerable en las cercanías de El Cuyo. Procediendo a armar un operativo respectivo tanto por mar y tierra para devolver a los casi veinte cubanos.
Sin noticias de pescador de Kimbilá
El gremio pesquero se ha sorprendido en los últimos meses debido a que en el último cuatrimestre suelen ser casi nulos este tipo de rescates; sin embargo, estos han persistido tanto en cuestión de naufragios como en lo que respecta a cubanos que han sido vistos circulando cerca de la Península para terminar siendo rescatados y deportados ante el Instituto Nacional de Migración.
Hasta el momento solo se tiene en calidad de desaparecido al pescador Luis Fernando Canto May, cuyas esperanzas de su familia siguen firmes en por lo menos saber noticias por medio de la embarcación en la que se fue el oriundo de Kimbilá, aunque la información ha sido escasa.
La situación en el mar que rodea al puerto, aunada al mal tiempo que se ha tenido en estos días, podría haber originado algún recale dentro de algún punto de la costa, aunque como tampoco se sabe la ubicación en que cayó el hombre de mar foráneo, el cuerpo en caso de haber sucumbido podría aparecer incluso en otro puerto.
La familia del extraviado ha sido vista deambulando en distintos sectores del puerto, sobre todo, en las inmediaciones de la zona naval de Yucalpetén en espera de alguna indicación que permita saber el paradero de su familiar, quien llevaba por lo menos cinco años radicando de manera temporal en Progreso cuando se acercaba la “fiebre del pulpo”.
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CC