Yucatán

Frente Frío 'paraliza' pesca en Progreso

El ingreso del temporal hizo sucumbir a aproximadamente miles de hombres del mar, ya que se suspendió la pesca
La pesca se encuentra suspendida / Jesús López

La entrada del Frente Frío 23 a Yucatán hizo sucumbir a cerca de mil pescadores de ribera del puerto, endureciendo los días de captura de especies de escama, que asegura el mismo gremio que se encuentran escasas.

Como se sabe, no solamente el puerto tuvo la restricción de cerrarse a la navegación menor, sino que esto también ocurrió en todo el Litoral Oriente, por lo que el número de hombres de mar afectados ascendería a más de 6 mil agremiados.

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“Ahorita es cuando si no ahorraste en la “pulpeada” no encuentras sustento, los frentes fríos de enero son inevitables y al final la familia es quien sufre el hecho de que el pescador no tenga el hábito de ahorrar su dinero y utilizarlo responsablemente. Algo que hacen varios compañeros es acudir al Muelle de Chocolate para obtener pescado, pero solo para su consumo, de otra manera no hay como sobrevivir”, explicó Rafael Duarte, pescador situado en la costa sector Oriente.

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Nuevamente, puntos de atraque como “La Caleta” o el embarcadero ribereño de Chuburná Puerto vieron a sus pescadores guardar motores, herramienta y carnada desde tempranas horas del día, aumentando de esta manera el desgano de trabajadores de altamar, quienes por lo general viven al día.

“El pescador muchas veces es quien condena a la pesca, fuera de estos frentes fríos donde no se puede salir por la escama, doy como ejemplo que no se respetan vedas y por ello padecemos todo el año dificultades. En Estados Unidos, emplean programas donde el pescador tiene un límite de producción, pero está bien pagado, de esa manera se evita que se gaste el producto y en la veda se les deja a las especies tomar buen tamaño para cuando entre su época de captura, algo así se debería aplica en el puerto”, comentó Christian Cruz, joven permisionario que es parte de una familia pescadora con tres generaciones dedicadas al oficio.

En estos días, parte de las iniciativas que corren a cargo del rescate económico de los hombres de mar, corresponden a los representantes de las agrupaciones y cooperativas que otorgan préstamos a sus pescadores para que los montos sean devueltos cuando vuelva a tenerse la oportunidad de pescar.

“No me agradan los prestamos porque el pescador así vive endeudado, es un problema salir del bache con esta estrategia, sobre todo porque se acumula y cuando vienen los días de actividad se trabaja para poder saldar los pagos”, argumentó Abraham Lira.

Actualmente, se contempla que en “La Caleta” hay 460 embarcaciones y 2 mil personas en diversas labores, que obtienen sustento gracias a este punto de atraque, pues aparte de los mil 200 pescadores que acuden a viajes de ida y vuelta todos los días, trabajan en el lugar empleados de congeladoras, elementos de cooperativas, mujeres “gaviotas”, vendedoras de puestos comerciales y vendedores que atienden a decenas de visitantes que acuden a las bodegas por pescado fresco.

Nulo turismo

Otros ámbitos que se vieron afectados por el mal tiempo fueron el turismo y el comercio ambulante, pues durante el viernes se esperaba una asistencia de por lo menos 5 mil personas en la costa del municipio, tal como había estado sucediendo los fines de semana anteriores.

Este viernes, el malecón amaneció sin familias en busca de playa, obligando a los “palaperos” y permisionarios a levantar instalaciones apenas se presentó el mal tiempo alrededor de las 9:00 horas, que causó lluvias constantes y bajas temperaturas que fueron obstáculo para los visitantes.

Destaca que no faltó el camión de turismo proveniente de otro Estado de la república que al descender a sus clientes, estos tuvieron la mala fortuna de encontrarse con un clima de esta magnitud, retornaron al autobús o permanecieron en el interior de algún restaurante.

“Las propinas se reducen hasta en un 60 por ciento, para nada es igual tener que aguantar un frente frío a salir a un día de crucero con altas temperaturas. Por lo menos tuvimos un par de jornadas que valieron la pena, así nos armamos un “colchón” para los días como hoy, donde terminamos con menos de 200 pesos si no es que con nada”, especificó Alejandro Balta, mesero de un restaurante del primer cuadro del puerto.

También destaca que inversiones de hasta 3 mil pesos se perdieron para los cerca de 100 ambulantes, que a pesar de la lluvia hicieron recorridos de lado a lado del malecón, aunque sin algún resultado. Ejemplo de ello fue Yolanda Concha Cabrera, quien forma parte de la familia pionera de los tradicionales kibis que llegaron al puerto hace más de cinco décadas.

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CC