En la última semana rumbo al cierre de la temporada del mero, ya se encuentran haciendo sus respectivos arribos una docena de embarcaciones de navegación mayor cuyo reto será a partir del primero de febrero: permanecer dos meses con nulas ganancias debido a la veda de esta especie.
Víctor Zacarías Solís, titular de la Cámara Nacional de la Industria Pesquera y Acuícola (Canainpesca), especificó que los resultados para el último día del mes en curso, se verán influenciados por varios cierres de puertos y detenimiento de actividad que se tuvo con motivo de varios fenómenos meteorológicos, sobre todo para los ribereños.
“Estamos en los últimos días y se mantuvo paralizada la pesca en varias ocasiones. Los números son bajos en el cierre de temporada sobre lo que estaban trayendo los barcos, obviamente mantenemos una actitud positiva ante el tonelaje que resulte al final. Para los días de veda será vital tener control de vigilancia e inspección en la franja costera para que se pueda proteger la reproducción y vigilancia de esta especie” dijo. Llegan barcos La llegada de los navíos de mayor embarcación ya se está originando tanto en el puerto de abrigo de Yucalpetén como en el punto de atraque situado después del puente rumbo a la comisaría de Chelem, confirmando los tripulantes unas cifras inesperadas en su último viaje.
En el mes de abril del año pasado, a través de estas páginas se dio a conocer que la meta para las flotas mayores y menores será obtener a nivel Estado al menos 6 mil toneladas a lo largo de toda la temporada, pues en el ciclo 2021-2022 no se pudieron sobrepasar las cinco mil. Uno de estos buques fue el “Lliere VI”, cuyo ánimo no descendió en aproximadamente veinte pescadores que, aseguraron que ahora vendrán dos meses de difíciles jornadas de trabajo varias veces al día, pues los apoyos del gobierno estatal y federal no llegaron para todos los pescadores de Progreso y comisarías aledañas. “Desgraciadamente no todos tendrán el apoyo económico, quien sí lo tuvo, con eso va a poder alimentar a la familia. El problema creo que radica en que hubo falta de información y el alistamiento de gente que no está para nada apegada a este gremio” manifestó el pescador Esteban Simá Canché.
Por otra parte, se informó que el barco llegó con 800 kilos, aunque el objetivo era alcanzar dos toneladas para que aparte de ser redituable la inversión del permisionario, los integrantes de la flota puedan tener un sueldo de aproximadamente 12 mil pesos, mismos que se dividen en 6 mil pesos de anticipo y el resto por medio de especies como la mojarra, la rubia, entre otros que pueden vender en el mercado local, ya que el último día de los veinte que se permanece en altamar, el patrón suele otorgar la oportunidad de que su equipo de trabajo salga a la actividad para capturar escama que será totalmente de ellos.
“La pacotilla nos salva pues podemos vender aquí el pescado o bien utilizarlo para nuestro consumo, aunque la mayoría de la gente suele venderlo a través de la negociación ya que no será fácil quedarnos sin trabajo en febrero y marzo porque todos nos quedamos sin trabajo, incluyendo al patrón” finalizó.
En un sondeo realizado con otras tripulaciones, se confirmó que a lo máximo con lo que llegan los barcos en este último viaje ha sido una tonelada de producto, mientras que los más bajo es media tonelada, peso que apenas funciona para cubrir gastos para zarpar. Antonio Pérez Pérez, vigilante desde hace 43 años en el puerto de abrigo, testifica que en estos días también se ve beneficiado pues los mismos pescadores suelen otorgarle producto, que asegura se vende de manera redituable ya que por cuatro o cinco kilos obtiene hasta 800 pesos, esto aunado a su sueldo de mil pesos a la semana por vigilar tres unidades.
Por otra parte, la consternación sigue haciéndose vigente en el área de atraque junto a la zona industrial de Chelem, ya que apenas antier trajeron a una persona fallecida, siendo este el segundo hombre de mar que sucumbe en medio de sus labores en altamar.
Se estima que es poco probable que este año se hayan podido superar las cinco mil toneladas, sobre todo si se toma en cuenta que hubo múltiples operativos desde el mes de febrero del 2022 con cargamentos terrestres y navíos que circulaban con pulpo y mero.
El año pasado, la temporada de mero concluyó con un precio récord de 310 pesos el kilo, para el “negrillo” y 270 pesos para el tipo “rojo”, esta primera cifra ubicada como la más alta en la historia de esta especie, cuya producción generó aproximadamente 5 mil 300 toneladas por medio del trabajo de un censo que adentra a 12 mil pescadores.
El año 2021, finalizó esta pesquería con una producción de 5 mil 551.90 toneladas en peso vivo y valor de 335.74 millones de pesos, superando al estado vecino de Quintana Roo que apenas reportó 247.97 toneladas en peso vivo y 25.40 millones de pesos como ganancia. Esta pesca en 2020 dejó en Yucatán una derrama económica por 462 millones 758 mil toneladas, tomando en cuenta los meses de abril a diciembre, siendo de nuevo el municipio, protagonista del tonelaje capturado, con más del 50 por ciento de lo obtenido a nivel estatal.
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LV