Yucatán

Revelan los secretos de la Reserva de la Biósfera Ría Lagartos en Yucatán

La pequeña isla contiene restos de un portuario maya, además de que los sitios arqueológicos de la Reserva de la Biósfera Ría Lagartos aún no se han estudio a fondo
Este sitio aparentemente era el puerto de Chichén Itzá que mantenía el intercambio de mercancías con el centro de México / POR ESTO!

La Reserva de la Biosfera Ría Lagartos cuenta con importantes sitios arqueológicos que hasta la fecha no han sido estudiados a fondo, reveló el biólogo Julio Rojas.

Comentó que el uso de los recursos naturales dentro del área del estero es muy antiguo. Las evidencias más remotas que se tienen de ocupación humana en la costa Norte de la Península datan del Periodo Formativo Tardío de 300 a 50 años d.C.

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Explicó que el territorio donde ahora se encuentra la reserva perteneció al cacicazgo de Ecab, posterior a la caída de Mayapán. Durante esa época la tierra yucateca se fragmentó en provincias o cacicazgos autónomos, que frecuentemente tenían conflictos por el control de los recursos más importantes, entre ellos la sal.

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Rojas agregó que la Reserva se encuentra en lo que fue la provincia del Chikinchel, una de las más pobladas y ricas de la zona, al tener el control de las salinas del estero.

“Esta pequeña isla de 200 metros de diámetro, localizada a 500 metros de la costa y 5 kilómetros al Oeste de San Felipe, contiene los restos de un complejo portuario maya, ocupado por tiempo considerable. Este sitio aparentemente era el puerto de Chichén Itzá que mantenía el intercambio de mercancías con el centro de México, Guatemala y otros puntos de Centroamérica. Probablemente, su localización estratégica en la boca del estero le permitía controlar el comercio en esta vía náutica, que incluía la sal de la región de Emal-Las Coloradas, una de las mayores productoras de Mesoamérica”, puntualizó.

Sitios arqueológicos

En el área de la reserva se han localizado 18 sitios arqueológicos, de los mil 585 reportados en Yucatán. Estos lugares pertenecen a distintas categorías jerárquicas (conocidas también como rangos), asignadas por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), de acuerdo a su importancia en la estructura general de las sociedades prehispánicas de Yucatán y su prioridad en un programa de conservación.

Entre los sitios de la Reserva no hay alguno perteneciente al rango I, o sea, que haya tenido importancia a nivel macrorregional e impacto claramente identificable en la historia de las sociedades mayas.

El sitio de Emal, localizado al Sur de Las Coloradas, es el único en el rango II. Esta categoría se asigna a asentamientos con extensiones variables y elementos arqueológicos notables como un sacbé (o camino blanco) y que haya tenido un impacto a nivel regional.

Los sitios de rango III, que son aquellos que tuvieron importancia regional secundaria, están cerca de El Cuyo. Es importante señalar que en la construcción del terraplén de acceso se utilizaron para la construcción piedras provenientes de montículos que pertenecían a estructuras prehispánicas.

Concheros

El biólogo dijo que en el margen Sur del estero existen tres concheros o conchales, que son acumulaciones de restos de conchas, especialmente de moluscos, y de cerámica que reflejan la presencia humana en esta zona y los recursos naturales que explotaban.  Estos lugares frecuentemente están relacionados con salinas, por lo que es muy probable que hayan estado relacionados también con la explotación de sal. La Reserva tiene tres de los ocho concheros que existen en el Estado, pero hasta el momento no han sido estudiados a fondo.

Mencionó que entre Las Coloradas y el Este de El Cuyo hay siete salinas pequeñas, localizadas en ambas márgenes del estero, que muy probablemente fueron explotadas hace 900 años o más.

Poblados principales

Los tres poblados principales, a excepción de Las Coloradas, se remontan a la época Colonial. Pedro Mártir de Anglería, en su estudio cartográfico De Orbis Novo (1511), localiza adecuadamente la boca del estero y lo denomina Río Lagartos antes del supuesto descubrimiento de Yucatán.

Asimismo, Bernal Díaz del Castillo relata en su Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España que los españoles durante uno de los viajes de exploración descubrieron la boca del estero.  Se cuenta que la tripulación del navío tenía necesidad de proveerse de agua dulce y creyendo que se trataba de un río decidió explorarlo, pero a medida que avanzaban hacia el interior se dieron cuenta de la gran cantidad de cocodrilos que había en aquel lugar y dado que en Europa no conocían esta especie, los confundieron con lagartos, por ello lo nombraron como Estero de los Lagartos.

Al final del siglo XVII, el vigía de El Cuyo y el poblado de Río Lagartos estaban bien establecidos, mientras que San Felipe aparece registrado en la cartografía decimonónica al ser fundada en la pequeña playa conocida en lengua maya como Actum Chuleb. Además, el poblado de Las Coloradas se crea durante la década de los 40, cuando se reinicia la explotación de las salinas y se construye ahí la primera refinería de sal de la Península.

Los pobladores de las comunidades de la Reserva descienden principalmente de dos corrientes migratorias: una ocurrida en el siglo pasado, proveniente de las Islas Canarias; y otra que aporta inmigrantes de origen maya a la región, ligada a la producción de sal y al proceso de ganaderización del Oriente Yucateco iniciado hace unos 40 años.

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NM