Los Santos Reyes: Gaspar, Melchor y Baltasar fueron bajados de sus nichos para que el pueblo de Tizimín les diera gracias por las cosechas y bendiciones obtenidas. Ante más de 800 personas que abarrotaron el Santuario de Reyes, el párroco Pedro Echeverría López ofició la misa y en su mensaje exhortó a los fieles a que su devoción por los Reyes Magos nunca pierda su esencia, reconociéndolos como ejemplo del camino de quien busca y se deja trasformar por Jesús.
“Son un verdadero ejemplo de que no se puede vivir de apariencias, ya que una religiosidad que se queda solo en formas externas, descuidando el espíritu que es interior, corre el riesgo de extraviarse, por lo que es importante poner de manifiesto la pureza interna, resultado de la misericordia cuyo fruto es la limosna, que es la disposición de ayudar al necesitado a levantarse, comprometiéndose con su situación”, destacó.
Tras concluir la celebración eucarística, las familias Tun Delgado y Canul Dzib, cumpliendo con sus respectivas mandas de fe desde hace 50 a 70 años, obsequiaron a los presentes en el atrio de la iglesia atole dulce elaborado con maíz que ellos mismos cosecharon como gratitud a las bendiciones recibidas por los Santos Reyes y el Creador al obtener los frutos de la tierra y los trabajos del campo.
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NM