Los arribos de tortugas de carey a la zona costera de este municipio han culminado, siendo trascendente que se rompió el récord de asistencia de esta especie y se rebasó el registro de huevecillos que se tuvieron en años pasados, constatando que en cada trienio suele haber un incremento de hasta del 30 por ciento de nidadas en el espacio comprendido entre las dunas de Chuburná y los linderos con Uaymitún en el sector Oriente de Progreso.
El profesor y biólogo especializado en criaturas marinas, Carlos Aguilar Alemán, titular del Campamento Tortuguero del Centro de Estudios Tecnológicos del Mar N. 17, estableció que desde abril hasta hace un par de semanas se han registrado 228 nidos que han contenido 23 mil 810 huevecillos.
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Hasta esta semana, el promedio de liberaciones rebasó las 13 mil crías. Las últimas serán entre la última semana de noviembre y la primera de diciembre, aunque a pesar de ello, seguirá la vigilancia permanente por cuenta de este grupo.
Destaca que en este 2023, la especie carey (Eretmochelys imbricata) fue la que dominó con un 98 por ciento de presencia a lo largo de la temporada de anidación, seguida de la especie blanca o verde (Chelonia mydas) con un 2 por ciento. La ausencia fue la tortuga de lora (Lepidochelys kempii), que habían acudido los dos años anteriores a dejar futuras crías, a pesar de que el Sur de México no forma parte de su hábitat común.
Aunado a ello, se externa que al menos media centena de tortugas que llegaron a la costa para depositar sus huevecillos no fueron registradas. Algunos de estos incluso eclosionaron. En algunos casos se mantuvo cuidado por vía de los residentes de las casas situadas en la zona costera.
“Los números oficiales se tendrán hasta el último día de octubre, aunque desde hace varios días no ha habido algún depósito de huevecillos, las labores continúan por medio de las observaciones en donde mantenemos los nidos que hemos recabado”, indicó el maestro Aguilar Alemán.
También recalcó que el frente frío es factor para que las tortugas de cualquier especie se alejen de la costa, pues ahora permanecen cerca de arrecifes donde pueden extraer alimento. En el caso de la especie carey se alimenta de diversos elementos marinos, como camarones, algas y hasta langostas, mientras que los quelonios tipo verde son herbívoros.
El año pasado finalizó con 17 mil 833 crías que fueron parte de los 158 nidos bajo el resguardo de diversas autoridades, sin embargo, el número total habría ascendido a los 20 mil quelonios, pues hubo eclosiones que solo fueron avistadas por los residentes de la zona costera del municipio.
El año 2021, la temporada de anidación en el puerto, de la primera quincena de abril a la primera semana de octubre, concluyó con 189 nidadas que dieron paso a 16 mil 71 liberaciones en la costa progreseña, que abarca de Chuburná a los límites del tramo Chicxulub-Telchac.
Fallecen dos ejemplares
En lo que respecta a las dos tortugas tipo blanca que fueron halladas con fibropapilomatosis en la costa, estas fallecieron luego de que su sistema no aguantó el dolor interno por los tumores; además, llegaron al Centro Tortuguero con deshidratación.
“Por protocolo, incluso, se nos indica que si el ejemplar no puede llevar un tratamiento que le permita reponerse, lo mejor es la eutanasia, en estos dos casos la situación era demasiado crítica”, explicó el titular del Centro de Rehabilitación del Cetmar 17.
Así mismo, el pasado domingo fue encontrada una tortuga adulta de carey de más de 50 kilos, que llegó con varias afectaciones luego de ser atacada por unos cinco canes en los linderos de Uaymitún con la comisaría de Chicxulub Puerto.
“Esta tortuga está recibiendo tratamiento favorecedor. Parte de las determinaciones que hicimos fue amputarle una aleta, aunque por fortuna esto no repercute en su calidad de vida, ya que los quelonios pueden vivir hasta con una de estas extremidades en ambos extremos de su cuerpo”, agregó el entrevistado.
El último hallazgo que se tuvo en el municipio, fue una tortuga blanca en estado de descomposición, misma que llegó justo a la rectitud de la calle 113, en la comisaría de Chelem. El acta y entierro en la costa corrió por cuenta del campamento del colegio mencionado.
“Estos frentes fríos originan incuso el desconcierto de varias especies, esto podría desembocar a que llegue hasta una ballena a la costa. Ante todo recale que se observe, se exhorta a los bañistas a que llamen a las autoridades correspondientes”, finalizó el biólogo.
Uno de los casos más apegados a esta situación ocurrió hace seis años, en los días posteriores a las fiestas carnestolendas, cuando a las 8:00 horas del 28 de febrero del 2016 se encendieron alarmas debido a que una ballena de 12 metros de largo y de entre 10 y 12 toneladas de peso recaló muerta en la playa del Malecón Internacional.
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NM