La construcción de predios en la playa y el robo de arena por parte del Ayuntamiento municipal están acabando con las dunas costeras, lo que representa un peligro, ya que el puerto podría quedar bajo el agua, de manera que las autoridades locales llevarán a cabo acciones para recuperar la vegetación costera, según informó la comisaria Neidy Yolanda Puc Gil.
“Con el propósito de seguir conservando las playas y proteger de los huracanes a las dunas, se va a seguir recuperando este espacio mediante iniciativas como la siembra de flora, puesto que sin ellas el puerto se quedaría sin su ribera, tal y como ha sucedido en otros lugares de la costa”, señaló la entrevistada.
Puc Gil reveló que mediante programa del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), en coordinación con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), durante este año se sembraron varias plantas desde las escolleras hasta el muelle, ejemplares que se adaptaron con éxito y ahora están reforzando a estos ecosistemas.
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Sin embargo, lamentablemente numerosas personas han retirado parte de la flora que se encuentra frente a las casas veraniegas, así que ahora estos espacios están al descubierto y cuando se registran nortes o turbonadas la arena perjudica a estos lugares al no haber vegetación que los amortigüe.
Una recomendación para seguir conservando las dunas, que forman parte fundamental del medio ambiente de las playas, es no intervenirlas, tampoco se debe sembrar especies invasoras en la ribera, puesto que estos causan daños ecológicos y desplazan a las plantas nativas.
La flora de duna costera se extiende a lo largo de la barra que abarca desde San Felipe hasta el estero de Chipepte. La amplitud de la vegetación es muy variable y está relacionada con la anchura de la barra. La comunidad natural se compone de plantas xerófitas tropicales, sobre todo pequeñas palmas y grandes suculentas.
Las especies características son sisal, uva de mar, nakax, palma chit, kuká, anacahuita, nopal, cactus y sikil-ha’xiu. Cabe mencionar que las palmas kuká, chit y nakax están clasificadas como especies amenazadas, esta última es endémica de la región.
La Reserva de la Biosfera se considera zona de alto riesgo por encontrarse en la trayectoria de los huracanes que se originan en el Caribe y el Atlántico Oriental. En los últimos 88 años se han presentado 12 tormentas tropicales que impactaron con fuerza al territorio. Los nortes constituyen otros fenómenos meteorológicos, que en ocasiones se presentan acompañados por fuertes lluvias y marejadas que provocan inundaciones y abren bocas a través de la duna costera.
Dentro del plan de recuperación de vegetación se contempla sembrar más plantas y evitar a toda costa que se sigan llevando la arena del sitio, tal y como ocurrió en días pasados, cuando un grupo de pobladores impidieron que saquearan este material, ya que en estos casos no solo se llevan la arena, sino también perjudican a la flora.
Por último, la comisaria explicó que un ejemplo de erosión se puede observar en la parte Poniente del puerto, en un costado de la dársena, donde el mar prácticamente se ha comido la duna e incluso ha ingresado tierra adentro, arrasando con la vegetación. “Si se sigue afectando este ecosistema frente a la parte poblada, se tendrán fatales efectos, como en el área mencionada”, concluyó la representante del puerto.
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NM