A pesar de que comerciantes y trabajadores del sector turístico auguraban que el puerto de Progreso se quedaría sin turistas a lo largo de este fin de semana, a causa de la preferencia de las familias por la feria de Xmatkuil en vez de la playa de este municipio, en esta jornada dominical sorprendió una entrada masiva de turistas que otorgó una derrama que se calificó como “regular” por vía de quienes buscan sustento en la costa y sus cercanías.
Como se sabe, la también llamada “Feria de Yucatán” no fue el único obstáculo para los prestadores de servicios, pues desde el viernes entró una “marejada” que dejó manchones de distancia amplia con algas marinas, ocasionando que varias familias se retiraran cuando avistaron este panorama.
Al otro día, la jornada sabatina sufrió también un cielo nublado, lluvias esporádicas en el día y la entrada de agua de mar que propinó más montañas de sargazo, por lo que incluso varios ambulantes y hasta trabajadores se abstuvieron de ingresar a sus áreas de trabajo por temor a perder inversiones.
El cambio radical se tuvo este domingo con temperaturas altas y una entrada que dejó sorprendidos a los trabajadores presentes, pues en sondeos previos habían augurado días de “pesadilla” en este cierre del año donde los frentes fríos son constantes.
La llegada de decenas de familias del interior del estado y la república, empezó a originarse desde las once de la mañana, provocando que a la una de la tarde se mantuviera la costa repleta de bañistas que buscaban adentrarse al mar luego de casi un mes sin el calor que emana del “astro rey”.
“Pensamos que nos iríamos con las manos vacías. Fue una bendición haber visto la playa repleta de gente, aunque no todo resultó como se esperaba, ya que la mayoría dela gente trae sus bebidas o provisiones para solo sentarse en la orilla de la playa, apenas el 35% de la gente que vino opta por rentar instalaciones en la arena o acudir a los interiores de los restaurantes”, externó Camilo Zunza, mesero con más de una década en esta parte de la ciudad.
De esta manera, a lo largo de la jornada vespertina, persistió ambiente a través de juegos de playa, paseos en la “banana”, familias enteras nadando y hasta la presencia notable de adultos mayores que también añoraban tener un día en el mar de Progreso.
“Desde agosto no venía con mis nietos a la playa. Había estado fastidiando a mis hijos que viniéramos, pero me insistían en que debíamos acudir por estas fechas, que es cuando baja la asistencia; sin embargo, para nuestra sorpresa estaba repleto el malecón. Yo feliz de tener este panorama” indicó María Eugenia Solís, adulta mayor de 80 años de edad.
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JG