La contaminación ambiental generada por las cementeras, caleras, sascaberas, concreteras, criberas y sitios de extracción de material de construcción es un factor determinante para las enfermedades neurodegenerativas, como el Parkinson y el Alzheimer, afirmó María de los Ángeles Andrade Oliva, especialista del Centro de investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav).
“La mala calidad de aire provoca una alteración en la producción de la dopamina, hormona liberada por el hipotálamo, que influye directamente en el comportamiento, la actividad motora y la motivación, etc”, acotó.
Comentó que la exposición constante a material particulado suspendido en el aire tiene implicaciones sociales y económicas importantes, quizá una de las más relevantes es ser la principal causa ambiental de muertes prematuras.
Incluso, se ha asociado con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades neurológicas que involucran el estado de ánimo y el control de la conducta motora, como la enfermedad de Parkinson, la depresión, el autismo y la ansiedad, donde la transmisión dopaminérgica se ve afectada.
Menciono que la transmisión dopaminérgica puede verse afectada directamente por las partículas finas (PF) de tamaño aerodinámico menor o igual a 2.5 micras y ultrafinas (PUF) menores o iguales a 0.1 micras.
Incluso, en la captura y liberación de dopamina, así como en la afinidad y señalización del receptor a dopamina D2, de acuerdo con una investigación publicada en la revista científica Environmental Toxicology and Pharmacology, bajo el título In vitro exposure to ambient fine and ultrafine particles alters dopamine uptake and release, and D2 receptor affinity and signaling.
La dopamina es el neurotransmisor catecolaminérgico (productor de catecolaminas) más importante del Sistema Nervioso Central y participa en la regulación de diversas funciones, como la conducta motora y la comunicación neuroendocrina.
Las regiones cerebrales con más abundancia de dopamina incluyen el cuerpo estriado (parte del sistema motor extrapiramidal), cuya función se encuentra relacionada con los movimientos de grupos musculares, acotó la estudiosa, quien es coasesorada por José Antonio Arias Montaño, investigador del Departamento de Fisiología, Biofísica y Neurociencias, y por Andrea de Vizcaya Ruiz, del Departamento de Toxicología del Cinvestav.
La mala calidad del aire se debe al crecimiento constante de la población en las zonas urbanas, afirmó el investigador.
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CC