Yucatán

El dirigente de la Fstse lamentó la corrupción de la Semarnat, al mando de Jaynet González Alvarado y Hernán Cárdenas López, sólo han favorecido a los Agüero

La delegación de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) sufre un grave problema de identidad ante la corrupción que prevalece por parte de sus titulares, al beneficiar al sector empresarial a pesar del daño que ocasionarían a la naturaleza. Tal como ocurre con la Inmobiliaria Paraíso Sisal, afirmó el dirigente de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (Fstse), Martín Arceo Acevedo.

Resaltó su postura de apoyo a los trabajadores de la Semarnat, quienes ayer efectuaron una manifestación por la desidia de la encargada de despacho de la oficina de representación en Yucatán de la dependencia federal, Jaynet González Alvarado. Quien ayer prefirió hacer una gira no oficial por El Cuyo, comisaría de Río Lagartos, en lugar de dar solución a las demandas de los trabajadores.

Lamentó la actitud de Hernán José Cárdenas López, quien autorizó las licencias a favor de los hermanos Daniel y Víctor Manuel Campos Agüero, así como a Fernando Eugenio e Isabel Barbachano Herrero, y Carmen Barbachano y Gómez Rul, pero ahora González Alvarado sigue en ese mismo camino. Afirmó que la Semarnat debe de proteger el medio ambiente, así como el hábitat de la flora y fauna, pero con las obras que se realizan en Paraíso Sisal es evidente el daño que prevalece en la Reserva Estatal El Palmar.

Arceo Acevedo reprobó la aprobación a modo de los Manifiestos de Impacto Ambiental (MIA) para apoyar a los empresarios, en especial, a la Inmobiliaria Paraíso Sisal, quienes al vender sus lotes provocan la deforestación de las dunas costeras, mientras que la fauna opta por acudir a otros sitios. “Paraíso Sisal se convierte en un verdadero centro vacacional, sólo que para familias de alto nivel económico”, expresó al mencionar que a lo largo de los siete kilómetros de la línea de costa no hay acceso para la población en general.

Aseguró que el personal de la Semarnat tiene toda la intención por cuidar y conservar la biodiversidad, pero, desafortunadamente, los delegados son quienes causas un mayor daño al autorizar obras dañinas, disfrazadas de legales. La situación empeora cuando el encargado de la delegación nada hace para apoyar a los trabajadores, o bien, hace caso omiso a las demandas de los agremiados, tal como ocurrió anteayer.

 

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CC