Cuando, en 2018, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) aprobó los permisos para lotificar Paraíso Sisal, pasó por alto estudios científicos que ya advertían de la vulnerabilidad de la costa Norponiente de Yucatán, que alberga a Paraíso Sisal, donde ya se daba un “paulatino retroceso en la línea costera”, según expertos de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), en la investigación “Evolución de la línea de costa de la Península de Yucatán entre 1980 y 2019: potencial fuente de riesgo socionatural”.
“La frontera entre el mar y la tierra define la línea de costa, las perturbaciones naturales como el viento, las olas, corrientes, tormentas, huracanes, así como las acciones antropogénicas -del hombre- provocan cambios en ellas, siendo estas últimas de gran impacto debido a la construcción de obras, como hoteles, carreteras, presas, muelles y otras, que inciden directamente en la migración y deposición de sedimentos en la línea litoral”, subraya el investigador William Martínez Rivera, uno de los coautores del estudio.
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El científico pone el dedo en la llaga al señalar que entre las causas de degradación del litoral provocadas por el hombre están “la ocupación irregular, especialmente en la duna litoral, y la construcción desordenada de obras de protección”. Como se recordará, Semarnat autorizó la edificación de casas precisamente sobre este relieve costero.
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Estas aseveraciones refuerzan lo ya publicado en POR ESTO! en voz de investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y activistas a favor del medio ambiente sobre la inviabilidad del complejo de viviendas a cargo de los hermanos Víctor y Daniel Campos Agüero, por el daño que están causando al ecosistema del litoral yucateco.
Caso omiso
Además, no es el único estudio científico que la Semarnat ha desdeñado: en días pasados, informamos que, desde 2017, un análisis del Laboratorio Nacional de Resiliencia Costera prendió los focos rojos sobre la zona donde hoy se ubica el complejo inmobiliario, porque colinda con un área “significativamente impactada por desarrollo urbano no sustentable”; y, a pesar de que su “salud ambiental” es “regular”, las autoridades permitieron la construcción de casas de lujo, en terrenos que se venden a medio millón de pesos por metro lineal.
En su estudio, Lanresc señala particularmente cómo el ancho de playa -uno de los parámetros con los que evalúa el estado del ecosistema de Sisal- también tiene una calificación “regular”, dado que cada vez es menor.
“La playa provee servicios ecosistémicos como la protección costera, la recreación y la conservación de la biodiversidad. Una playa más ancha y con mayor elevación representa un sistema con buena condición de salud, mientras que una playa estrecha y poco elevada presenta una pobre condición de salud del ecosistema”, explica.
El diario de la Dignidad, Identidad y Soberanía ha señalado las irregularidades que rodean al megaproyecto inmobiliario costero de los hermanos Víctor y Daniel Campos Agüero, impulsado por funcionarios federales, en los primeros años de este siglo, a pesar de una oposición inicial por ubicarse sobre un área protegida por el gobierno de Patricio Patrón Laviada al ser parte de la Reserva Estatal de El Palmar. Mediante un amparo, se adueñaron del predio, según el decreto 293, publicado en 2010 en el Diario Oficial del Estado y firmado por la entonces jefa del Ejecutivo, Ivonne Aracely Ortega Pacheco y los titulares de Gobernación, Víctor Manuel Sánchez Álvarez, y de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente, Eduardo Adolfo Batllori Sampedro.
Luego de varios intentos, el 23 de marzo de 2018, el entonces delegado en Yucatán de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Hernán José Cárdenas López, avaló el Manifiesto de Impacto Ambiental (MIA) número 31YU2017UD085, para la “Urbanización, electrificación, ampliación de camino existente y apertura de un nuevo camino de acceso para el predio denominado Paraíso Sisal”.
El 21 de agosto, la Semarnat emitió el documento 726.4/UGA-0617/0001454, para autorizar la “Construcción y operación de una casa habitación” en el lote 5222 del “proyecto de lotificación Paraíso Sisal, en la comunidad de Sisal, Yucatán”. Ese fue el principio de todo: la Inmobiliaria El Palmar de Sisal inició la venta a pedazos de lo que alguna vez fue reserva ecológica.
Erosión, sin freno
Por cierto, la Semarnat “avaló” que las casas se edificaran sobre la segunda duna costera, pero, al pasar por alto las alertas de los estudios científicos, no consideró que la primera duna iba a desaparecer pronto; ahora, las casas están cerca del agua de mar a causa de la erosión, causada precisamente por las actividades humanas y por el clima, tal como señalan los especialistas del UAEM.
Martínez Rivera pone en el estudio del que es coautor que entre las causas naturales más importantes están la interacción de procesos climáticos, meteorológicos, hidrodinámicos y sedimentarios con la morfología costera, mientras que entre “las antrópicas -de la acción del hombre- se refieren a la ocupación irregular, especialmente en la duna litoral, y la construcción desordenada de obras de protección”.
En ese sentido, hay que señalar que el Cártel de Sisal -grupúsculo de empresarios encabezados por los Campos Agüero- colocaron geotubos para frenar el avance del mar que se está comiendo su inversión y la de quienes adquieren terrenos en la zona, pero el especialista de la Unidad Académica Sisal del Instituto de Ingeniería de la UNAM, Paulo Salles Afonso de Almeida, advirtió sobre el nulo resultado obtenido con el empleo de estas estructuras para recuperar playa, ya que con esas implementaciones se agrava aún más el problema, además que el equipo utilizado es frágil y afecta al sistema marino.
Paraíso endeble
Los científicos aseguran que, dada la posición geográfica de la zona donde está Paraíso Sisal, “y su relieve relativamente llano, está expuesta a fenómenos meteorológicos que históricamente han afectado su litoral”. Además, “los procesos de planeación urbana y de infraestructura litoral no son totalmente bien diseñados, por lo que la combinación de ambos factores (natural y antrópico) provocan un paulatino retroceso de la línea de costa”.
En cuanto al impacto del clima, un Frente Frío -el número 47- hace unas semanas demostró lo endeble que es Paraíso Sisal. En un recorrido por el lugar, POR ESTO! constató que las olas llegaban hasta un talud de arena que se formó a consecuencia de la erosión, que forma parte del límite de los lotes vendidos. Incluso, debido a que los terrenos ya fueron ganados por el mar, cada uno de los lotes ya forman parte de la Zona Federal Marítimo Terrestre, que es la franja de 20 metros de ancho de tierra firme, transitable y contigua a la playa, sobre la que no puede construirse.
Juan Carlos Garatachia Ramírez, del mismo estudio de la UAEM, recuerda que, por su ubicación, el régimen de lluvias durante el invierno en la Península de Yucatán está dominada por sistemas meteorológicos de latitudes medias, como ciclones y frentes fríos y precisamente estos últimos propician fuertes marejadas, que entre otros factores inciden notablemente en la morfodinámica de la línea de costas, como constató el diario de la Dignidad, Identidad y Soberanía…
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CC