"Voy a recibirla porque hace años que no la veo", dijo doña Roberta Uc de Pech a su hijo José Pech, antes de salir de Cenotillo, en horas de la madrugada, para trasladarse al Aeropuerto Internacional de Mérida. En el mismo, iba para reencontrarse con su hija Librada y su esposo, José, que llegaron ayer de San Bernardino, California, donde viven desde hace 30 años.
Explicó que muchos habitantes de Cenotillo que se fueron a Estados Unidos actualmente están regresando a esa localidad, que estuvo a punto de quedarse sólo con mujeres como habitantes, porque a la mayor parte de los hombres se fueron en busca del Sueño Americano.
La mayor parte de los migrantes regresan a su pueblo porque consiguieron su objetivo y transformaron sus casas con techos de paja (huano o zacate) y adobe, en inmuebles de mampostería de dos niveles, pero sin pagar renta, como lo hacen quienes todavía viven en el vecino país del Norte.
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No sé si mi hija será la más sorprendida o yo, porque ha pasado tanto tiempo que tal vez ni me recuerde, agregó.
Comentó que seis de sus nueve hijos migraron hacia el Norte, incluso hay uno que vive en Colorado, donde adquirió la ciudadanía estadounidense, de los cuales sólo dos faltan por regresar, lo que considera difícil porque ya tienen familia y les va muy bien.
Por su parte, Librada Pech manifestó que está muy alegre y dichosa de volver a darle un abrazo fuerte a su madre, que casualmente ayer celebró a su cumpleaños “y en vez de festejar vino a buscarme y eso es muy bonito”.
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CC