Yucatán

Con ceremonia maya, campesinos de Yucatán le piden al Dios Chaac que llueva

Campesinos de Yucatán realizaron una ceremonia maya para pedir buena lluvia y prosperidad en sus cultivos
En la ceremonia maya Ch´a Cháak, los agricultores ruegan por la prosperidad de la tierra / José Iván Borges Castillo

Campesinos de Yucatán se organizaron para realizar la ceremonia religiosa maya llamada Ch’a’ Cháak, con el fin de solicitarles a los Dioses Creadores buena lluvia y prosperidad de la tierra en los cultivos obtenidos a lo largo del año.

Familias de la comunidad prepararon diversos alimentos y posteriormente los entregaron al sacerdote maya don José Cox, quien recitó antiguas oraciones sagradas y los ofrendó a la divinidad.

Noticia destacada

Onda Tropical 12 ingresará a la Península de Yucatán; estas serán sus afectaciones

Noticia destacada

Temporada de langosta decepciona a pescadores de Yucatán; venden el kilo en 500 pesos

Esta es una de las más antiguos ritos de origen maya que aún se practican en las localidades yucatecas, gracias a la arraigada tradición y fe de los abuelos que confían en la petición de lluvia.

Sobre esta ceremonia y su profundo significado, el maestro Luis Alfonso Petul Cuxim, poblador de Espita y destacado promotor cultural, comentó lo siguiente: “La ceremonia maya del ch’a’ cháak es un ritual de carácter agrícola, cuyo fin es la petición de la lluvia a los yumtsilo’ob (Señores Creadores) como un don y regalo para que las milpas puedan cultivar el presente año”.

Noticia destacada

Trágico inicio de vacaciones en Yucatán; registran 14 muertos en carreteras este julio

Noticia destacada

En Yucatán, madre denuncia al padre de sus hijas por no pagar pensión

También, mencionó que todo ritual posee un proceso particular, en este caso, se desarrolló en tres etapas: primero se construyó un altar, con orientación al lak’in (Oriente), de forma cuadrada con maderas y hojas de la planta nativa del jabín. En dicho altar se representaron los niveles del mundo,  como el cielo, la tierra y el inframundo. Una vez realizado el altar se ofreció o bien se abrió el espacio para ello, al inicio de la ceremonia, se hizo entrega del balché (vino elaborado de la corteza de un árbol nativo del mismo nombre, al cual se le agrega agua, miel y en ocasiones aguardiente) que representa la sangre maya. El espacio sagrado no sólo lo constituye el altar, sino el terreno mismo o solar, para ello, en cada punto cardinal y en el altar se colocó una cruz, cuyo signo representa a los bacabes, los cuatro cargadores del mundo, y en el centro a hunab ku o ajaw (un solo Dios).

En la segunda etapa se hizo la entrega del santo gracia o sakab, en el que las personas ofrecieron su cuerpo como en el inicio de la creación cuando eran maíz, después una bebida tipo pozole, sin moler y con miel, se vertió en 13 jícaras, una colocada en el centro y el resto en el altar.

Todo esto se retiró antes de la parte final de la ceremonia, y en la tercera etapa, se entregó la mesa nuevamente, pero antes, se sacó el pib, ubicado al Oriente del sitio, en el cual se llevó a cabo el entierro de los noj wajes o tortillas principales, elaboradas con masa, pepita molida y frijol. Cabe destacar que estos noj wajes tienen trece capas, pues representa en términos cristianos a los 12 apóstoles y a Jesucristo o, de acuerdo con la cosmovisión maya, los 13 niveles del cielo. Asimismo, esta última entrega estuvo acompañada de carne de venado, de pollo país (no de granja, y las gallinas son sacrificadas con el vino balché) y el cho k’ob (k’ool más pedacitos del noj waj) más la fuerza en la oración del sacerdote maya con base en peticiones.

En la ceremonia se hicieron los pibes y nojcho huajes, que son tortillas grandes y tamales cocidos bajo la tierra que sirven para ofrecerle a Dios por todas las ganancias obtenidas de la milpa. En una mesa especial dedicada para esto se instaló el altar donde se puso la comida y la ofrenda de flores y tamales horneados bajo la tierra, ante el cual el sacerdote maya don José Cox realizó las oraciones que marcaron el inicio del ritual y cantó los antiguos cantos en lengua maya para pedir a Dios que reciba la especial ofrenda que la familia ofrece a lo divino.

Tras concluir el rito de acción de gracias, los asistentes compartieron la comida prepara para la ofrenda y se la repartieron.

La comunidad campesina de Espita conserva muchas de esas tradiciones mayas antiguas, como las rogativas que se realizan en los puntos cardinales de la comunidad para pedir buenas lluvias, esto se realiza a principios del mes de junio, pero cada vez disminuye la participación y compromiso de los agentes de la misma localidad, quedado poco a poco en el rezago.

Síguenos en Google News y recibe la mejor información

GC