Yucatán

Ex Comisaria de Celestún usa a su hijo para despojar a ejidatarios de sus tierras y dárselas a Kekén

Tanto su propio hijo, como a siete personas más, fueron los avecindados que utilizó la ex Comisaria de Celestún para robar más de 3 mil hectáreas y entregárselas a Kekén
La excomisaria de Celestún, intentó meter al ejido a por lo menos ocho “avecindados”c / Nery Morales

Por lo menos, ocho “avecindados” intentó meter al ejido de Celestún Luz del Alba Solís Couoh, anterior presidenta del comisariado, uno de ellos, su propio hijo, para apropiarse de una mayor cantidad de tierras a fin de entregarlas a Grupo Porcícola Mexicano, propietaria de Kekén, para que pueda expandir su granja de Kinchil.

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De acuerdo con los propios ejidatarios y conforme al expediente TUA 34-253/2020, que POR ESTO! pudo revisar, se tratan de Jaime Rodolfo May Chalé, Ricardo José Martínez Peón, José Rafael Martínez Peón, Alfredo Escamilla Cituk, Luis Antonio Várguez, Beatriz Pérez Uicab, Jesús Ignacio Santana Solís (hijo de la excomisaria) y Fernando José Vega Espinosa, este último amigo del exalcalde de Celestún Leonel Rosado Mena, quien también estuvo vinculado a un proceso de entrega de tierras durante su gestión, de 2015 a 2018.

Desde abril del 2018, Luz del Alba Solís Couoh pretendía parcelar 12 mil 600 hectáreas de tierras del ejido para repartirlo entre los 308 ejidatarios registrados en su padrón. Para ello, intentó organizar la asamblea, pero no pudo conseguir el 100 por ciento del quórum y por tanto lo volvió a intentar a finales del mismo mes. 

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Esta expresidenta del ejido es la principal acusada dentro del expediente que revisó el magistrado del TUA, en la que revirtió el intento de arrebato de 3 mil 500 hectáreas al ejido de Celestún y también restituyó los derechos ejidales a 72 campesinos, que bajo engaño firmaron su baja sin el proceso legal y con el supuesto “apoyo” del notario Raúl Pino Navarrete.

Sin embargo, en 2018, Luz del Alba había declarado que había 109 ejidatarios que no estaban en su padrón porque habían fallecido. También estaba de acuerdo con vender las tierras del ejido a mil 860 pesos por hectárea. 

El proceso organizado por Luz del Alba era para autorizar la división de las tierras ejidales, iniciar trámites para la privatización de las tierras de manera individual ante el Registro Agrario Nacional y finalmente venderlo a Kekén, por lo que el camino estaría allanado legalmente.

Los “avecindados” carecían de presencia en Celestún, nadie los conocía.  Sólo Jesús Ignacio Santana Solís, hijo de Luz del Alba, a quien colocó en la lista de avecindados para dotarlo de tierras durante el reparto.

POR ESTO! recorrió junto con ejidatarios Sactún, que es la principal fuente de agua limpia para abastecer a las 13 mil familias de Celestún y que se vería afectado con la expansión de la granja de Kekén ubicada en Kinchil. Es más, los propios ejidatarios recorrieron la zona adjunta a la carretera a Chunchucmil, que son los linderos del ejido, mostrando personalmente que esas tierras pudieron caer en las manos de la empresa porcícola. 

Además, acusaron que la contaminación afectaría primordialmente el agua que consume la población, pero también toda la actividad económica del puerto, como la pesca y el turismo, que representa el 67 por ciento de la vida de Celestún.

Los prestanombres suelen usarse para que los verdaderos dueños, los que financian el proyecto, no aparezcan, y tras recibir los certificados de propiedad y el deslinde del ejido, éstos puedan venderlo como terrenos particulares a las empresas, en este caso a Kekén.

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LV