"Desde Kanasín hasta Nueva York… ¡Paleto!" Enseguida, Juan Carlos Tapia salió al escenario. Las luces, como proyectiles, se dirigieron hacia su cuerpo. Vestido con una camisa negra, con algunas figuras bordadas brillantes, y un micrófono de color rojo, se deslizó sobre el escenario como pez en el agua, con verdaderas tablas de artista, reconocido y admirado por ser La voz de la Cumbia.
La cumbia, su estilo; su voz, el arma principal. Tan pronto como comenzó a cantar, el grito estalló junto con los aplausos. Paleto, aquel niño de Kanasín que a los 14 años escuchaba música en la radio y soñaba con cantar como aquellos, ahora estaba complacido; extasiado en pleno dominio de su talento, que supo cultivar.
Noticia destacada
Sigue la presentación de Paleto 'La Voz de la Cumbia' en el Pabellón Carnaval: EN VIVO
El marco fue propicio: El Día Mundial de la Radio, que la Cámara de la Industria de la Radio y Televisión (CIRT) celebró en el Pabellón del Carnaval, con una pléyade de locutores y artistas del micrófono, que todos los días entretienen y se comunican con el pueblo yucateco.
Una mestiza tomó a su pareja, saltó de su silla y se puso a bailar. "¡Se contonea por aquí, se contonea por allá… yo que tanto la quería y por otro me dejó!". Paleto cantaba, bailaba, con luces en espiral sobre la gente. Dos drones sobrevolaban en aquel el momento. Entonces, gritó: "¡De Kanasín hasta Colombia!".
Sin duda, la cumbia mueve, es pegajosa y Paleto sabe cómo usar su talento para envolver con el ritmo a la gente. El ambiente, según se supo, estaba a 19 grados. "¿Hace frío?", preguntó. "Pero ahora vamos a seguir bailando". Efectivamente, Paleto, esperado por más de dos horas, prendió el ambiente.
Por un momento se detuvo para respirar, para apaciguarse. Preguntó si alguien en el público recordaba a Rigo Tovar, al maestro Rigo Tovar. Y la gente, como impulsados por resortes, levantó las manos. Comenzó a cantar la canción Me quiero casar, en versión cumbia. "Todas las cosas bonitas son las que he soñado… con esa cara preciosa, yo siento que ya me quiero casar".
Cuando terminó, estaba sudando. Se dijo muy contento y agradecido porque está cumpliendo un año y medio con su material de reciente edición. "No quiero que se muera la cumbia vieja… de ladito, como baila el cangrejito". Y luego vino Hechicera, otro más de sus éxitos.
Paleto, sin duda, es el gran maestro de la cumbia. Una cumbia aderezada con panuchos de Kanasín, la capital… la capital de este manjar exquisito, al igual que sus canciones, que hicieron mover a la gente de los pies a la cabeza.
Síguenos en Google News y recibe la mejor información
FAR