Tres pasajeros del vuelo de 573 de Volaris que viajaron a Tijuana estuvieron a punto de perder el vuelo a la Ciudad de México debido a que una de las empleadas se negó a registrar su maleta con el argumento que estaba humedecida debido a que la cochinita pibil que había en su interior se estaba descongelando.
La pareja explicó que la comida estaba envuelta en plástico y que no había problema, pero la empleada les pidió “sellarla” para evitar que el contenido manchara otras valijas y que los afectados pudieran responsabilizar a la aerolínea.
Ante la negativa de la empleada, la pareja acudió a la empresa de protección de equipaje y preguntó cuánto costaba el embalaje de su contenedor o una maleta nueva, pero les quedaba poco tiempo, así que ni siquiera valoraron si podían pagar el costo: desembolsaron los 400 pesos que les pidieron, pero tuvieron que dejarla; el personal, de inmediato, procedió a envolver la valija y entregarla en el mostrador para que sea enviada directamente a Tijuana.
Según los viajeros, la cochinita, que pesaba 3.5 kilogramos y por la que pagaron mil pesos, era un encargo de sus tíos, por lo que, aseguraron, les pasarían “la factura” tanto del costo del producto como del “extra” por el embalaje de la maleta.
Llegan visitantes
Por otro lado, un grupo de 50 turistas de Mexicali, Baja California, llegó ayer por la mañana con el objetivo de visitar los atractivos turísticos del Estado, pero, debido a que el vuelo llegó adelantado casi media hora, los visitantes tuvieron que esperar más de 15 minutos la llegada del camión que contrataron para que los llevara al Centro de la ciudad.
Una de las conductoras del grupo explicó que el plan es permanecer en Mérida hasta el martes; ayer, iniciarán con un desayuno grupal antes de recorrer el Centro Histórico, a unos pasos del hotel donde habían reservado habitaciones; para después, programaron un viaje a Progreso donde prácticamente harían un “pasadía”.
Hoy por la mañana van a recorrer la ruta de los cenotes para disfrutar el agua tranquila y transparente que hay en esos sitios extraordinarios por sus cavidades y paisajes naturales, que les permitirá vivir una experiencia muy diferente comparada con el destino de playa, que es agradable, pero diferente; de hecho, comentaron que también disfrutarán de tomar un baño de sol recostado en la arena y disfrutar del mar en calma.
El domingo estarán en el Pueblo Mágico de Maní, para degustar los platillos tradicionales del Estado como el poc-chuc, los papadzules, la cochinita pibil y el relleno negro.
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NM