Los habitantes de Xcambó se establecieron en un petén, el más amplio de la región, con numerosos rasgos útiles para la habitación: suelo, agua potable y materiales para sus edificios. El sitio fue erigido como puerto comercial desde el periodo Clásico Temprano (350-550 dC) hasta el Clásico Terminal (830 – 950 dC).
Los rasgos más sobresalientes han sido identificados similares a los que caracterizan aquellas construcciones de los sitios del Clásico Temprano, en el Norte de Yucatán.
Los edificios están dispuestos de tal manera que forman una plaza cerrada, localizada en la parte central del sitio, alrededor de la cual se levantaron las residencias, talleres, depósitos y chozas de las familias nucleares involucradas en diversas actividades económicas.
Desde el período Clásico Tardío el sitio se uniformó con el uso de la arquitectura hecha a base de bloques rectangulares burdos y losas planas también de labrado tosco, colocados a junta seca y/o unidos con argamasa.
Fue necesaria la aplicación de gruesos aplanados de estuco para ocultar las imperfecciones de los muros, de manera similar como se solucionó en el Posclásico.
En todos los edificios de la Plaza Principal y la Plaza del Este se pueden identificar los rasgos de los estilos Petén y megalíticos en perfecta armonía. Fue el principal y más grande puerto comercial de la costa Norte del Clásico y aun después de que fuera abandonado, siguió siendo un lugar de culto durante el Posclásico.
La ciénega debió ser uno de los lugares de comunicación y contacto con el puerto, lo cual se demuestra por la existencia de un atracadero o muelle para el embarque y desembarque de los bienes de comercio. La construcción de la ciudad muestra lo cuantioso del material cerámico foráneo, en especial la policromía, algo que ningún otro sitio de las tierras bajas ha reportado.
La plaza central está conformada por 11 edificios que ostentan el mayor volumen, labrado de piedra y un arreglo particular de las construcciones que los hacen sobresalir.
Los más relevantes son la “Pirámide de los Mascarones”, que presenta por lo menos tres periodos constructivos y, durante ellos, varias remodelaciones.
Los grandes mascarones estucados y pintados representaban al Monstruo Celestial que está compuesto por el par de oposición Venus y el Sol, que representa cómo la estrella de la mañana guía al Sol fuera del Inframundo.
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