La organización Mercy for Animals Latinoamérica no quita el dedo del renglón al enfatizar la peligrosidad de las granjas de cerdos en Yucatán, sobre todo porque 300 de estas no aparecen en los registros de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
De esta manera, se superan los 800 complejos (872) de este tipo en el Estado. El organismo ya había alertado de esta situación a finales de 2023 y nuevamente volvió a realizar publicaciones en su sitio web y redes sociales al respecto, para que el tema no pierda vigencia.
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“Las megagranjas están poniendo en peligro los humedales de Yucatán, pero aún podemos protegerlos”, expone en su campaña internacional llamada S.O.S. Yucatán, que usa la imagen de perfil de la cuenta facebook.com/MFALatinoamerica.
Mercy for Animals es un organismo internacional de protección de la fauna, sin fines de lucro, que se fundó en 1999 por Milo Runkle. En su descripción sostiene su postura en contra de la explotación de animales como alimento, en particular la industria pecuaria, la acuacultura y la pesca.
“Estas formas de producción de alimentos no solo causan un sufrimiento animal atroz, también tienen efectos perjudiciales para el planeta y las personas”, aseguró.
De esta manera, se dedica a “erradicar este cruel sistema alimentario y reemplazarlo por uno que no solo sea amable con los animales, sino esencial para el futuro de nuestro planeta”.
“La Península de Yucatán y todos los seres que habitan esta zona, experimentan las consecuencias del daño ambiental que produce la actividad pecuaria industrializada, como la contaminación de los recursos naturales, la pérdida de especies de flora y fauna endémicas y el atropello a los derechos de las comunidades mayas”, explicó el organismo y agregó que “nuestro equipo documentó algunos de estos alarmantes impactos”, compartiendo videos de los complejos.
Mercy for Animals expuso que año tras año las megagranjas continúan su rápida expansión por toda la Península. “A la fecha se han logrado identificar, por medio de un estudio satelital, 872 posibles megagranjas. Muchas de estas instalaciones se encuentran al interior de Áreas Naturales Protegidas, que, a su vez, están reconocidas como Sitios Ramsar, por ser humedales de importancia internacional”, detalló.
“El deterioro de los recursos naturales de dichas zonas se ha documentado en varias ocasiones y esto ha levantado una alerta sobre las repercusiones que podrían presentarse en las poblaciones aledañas. Lo anterior se debe a los altos índices de contaminación generada por las actividades de la industria porcícola y avícola, por ejemplo, el desalojo diario de miles de litros de desechos en enormes fosas al aire libre”, precisó.
“Si bien algunas instalaciones cuentan con biodigestores para tratar el agua turbia, esta sobrepasa la capacidad de los tanques, por lo que contamina los suelos y, posiblemente, se filtra a la red subterránea de cenotes”, se agregó.
“Al mismo tiempo, la deforestación de la selva va en aumento a causa de la constante instalación de megagranjas, lo que pone en riesgo la biodiversidad de la región, en especial en Áreas Naturales Protegidas”, apuntó el documento de Mercy for Animals.
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JG