Yucatán

Yucateco regresa a su natal Santa Elena tras vivir más de 12 años en California, EU

José Dzib Huchim originario de Santa Elena, Yucatán, vivió en California desde que tenía 17 años de edad para buscar empleo
Otro reencuentro fue el de Martín Cauich Sulub, originario de Kancab, comisaría de Tekax, quien vivió en San Francisco por siete años / Víctor Lara

Luego de vivir y trabajar más de 12 años en San Francisco, California, José Humberto Dzib Huchim, nacido en Santa Elena, municipio ubicado en el Sur de Yucatán, a tan sólo 10 minutos de Ticul, regresó para quedarse y disfrutar a su familia.

Recordó que a los 17 años de edad se fue por primera vez al vecino país del Norte en busca de mejores oportunidades de empleo, ciudad donde la mano de obra de los mexicanos es muy apreciada, tanto que no batalló para encontrar acomodo en uno de los cientos de restaurantes.

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Sin embargo, por la nostalgia de estar tan lejos de su familia siempre procuró regresar una o veces por año, porque no es lo mismo hablar y tener contacto por videollamadas que sentir el afecto y los abrazos de su esposa, Landy Gabriela Che León, y su cuñado Abraham Ismael Che, su hermana Conchi y su hija Pamela, quienes lo recibieron ayer en el Aeropuerto Internacional de Mérida.

“Me siento feliz y contento de regresar a mi terruño y espero que esta vez sea de forma definitiva, porque eso de estar yendo y viniendo es algo cansado”.   

 

Por su parte, Martín Cauich Sulub, originario de Kancab, comisaría de Tekax, no pudo contener las lágrimas al encontrarse con esposa e hijos, a los que no veía desde hace más de siete años, cuando decidió migrar a Estados Unidos motivado por otras personas que lo invitaron a trabajar en San Francisco, California.

Comentó que se siente muy contento al ver que además de su esposa se encontraba su hermana y varios familiares, quienes madrugaron para llegar al aeropuerto muy temprano, muestra del afecto y cariño que tienen hacia él y a los que espera no defraudar, porque regresa para hacerse cargo de las tierras que le dejó su padre, donde planea sembrar cítricos y en otra parte algo de maíz.

“La vida en San Francisco es buena, pero más para quienes trabajan más de ocho horas, porque el pago de horas extra es muy bueno y gracias a eso obtuvo fondos para enviar a sus padres y hasta para construir una casa para su familia, la cual espera disfrutar tanto y a los que extrañaba tanto”.

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