
Con la llegada de la temporada seca, los apicultores yucatecos comienzan a ver con preocupación el panorama de los próximos meses. Tras un 2024 complicado, la llegada del calor este año revive viejos temores, aseguró el apicultor Armando Rubio. En entrevista con POR ESTO!, comentó que el año pasado fue “terrible” para quienes se dedican a esta labor, ya que las elevadas temperaturas afectan directamente a las abejas y, en consecuencia, toda la producción de miel.
“Los panales dentro de las colmenas se derretían por el calor. Hubo muchos meliponicultores que perdieron decenas de colmenas la pasada temporada de calor”, declaró. Sin embargo, las esporádicas lluvias que han caído este mes alivian ligeramente el panorama, pues han permitido que la producción en el primer trimestre del año se haya mantenido estable.

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Entre los problemas más comunes que enfrentan, tanto los apicultores como los meliponicultores -aquellos que trabajan con abejas meliponas- se encuentra en la producción y venta. Según señala Rubio, los meliponicultores suelen ver una mejor estabilidad en sus precios, ya que su producto suele estar relacionado con una calidad que los clientes pagan.
Lamentablemente, los apicultores -enfocados en la producción de apis-, producen a mayor escala, pero se enfrentan al problema de precios porque su producto requiere intermediarios, que pagan por debajo de los precios estandarizados, lo que causa un golpe significativo a los bolsillos de los productores. “El kilo de azúcar ha estado más caro que el kilo de miel de apis”, señaló.

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Por esta situación, muchos apicultores han abandonado sus actividades por la inviabilidad económica, porque en ocasiones no llegan ni a salir igual a la inversión. A esto se suma el mantenimiento que requieren las colmenas en temporadas de seca, un gasto que puede llevar a que productores de miel pierdan la totalidad de sus colmenas. Ante este panorama, Rubio recomendó adquirir miel y derivados directamente con los productores, evitar intermediarios y pagar el precio justo.