Yucatán / Sucesos

Indigente muere a las puertas de predio del Centro

Falleció uno de los indigentes que acostumbran reunirse en un predio ubicado en la calle 84-A entre 59 y 59-A del primer cuadro de la ciudad, a espaldas de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Yucatán; por las lesiones que presentaba en la cabeza no se descarta que se haya tratado de un posible homicidio.

Según vecinos, el cadáver estaba tirado en la banqueta, bocarriba, y a simple vista se apreciaba que tenía una herida en la cabeza, al parecer provocada por un golpe o por una piedra; sin embargo, cabe la posibilidad de que se cayera y se golpeara contra el suelo.

Al sitio acudió una ambulancia, los paramédicos intentaron tomarle los signos vitales, pero no pudieron hacer nada, ya había expirado y dieron aviso a las autoridades competentes.

El predio en cuestión carece de los servicios más elementales como energía eléctrica, agua potable y servicios sanitarios, destaca porque es el único de dicha arteria que tiene una albarrada en el frente y una reja de tablas de madera.

Según los vecinos el predio es habitado por una señora de alrededor de 80 años de edad, quien camina con mucha dificultad, y su hijo, conocido como “Chucho”, quien se encarga de cuidarla, es alcohólico y le permite entrar a la vivienda a cualquier persona que coopere para comprar aguardiente.

El domicilio es visitado por más de 10 teporochos, entre los que se pueden mencionar “Gelacio”, “Lagrimitas”, “Jarocho” y “La Paloma”, entre otros, quienes frecuentemente protagonizan riñas y escándalos, y se roban lo que encuentran a su paso, algunos se desempeñan como franeleros.

La calle 84-A fue acordonada con una cinta amarilla y fue cerrada a la circulación de vehículos y transeúntes, el cadáver fue cubierto con una tela sintética de color azul, por patrulleros de la Secretaría de Seguridad Pública.

Posteriormente arribaron los agentes de la Comandancia de Homicidios de la Policía Estatal de Investigación y esperaban a que llegaran los peritos de Criminalística y Servicios Periciales, así como el personal del Servicio Médico Forense para el levantamiento del cadáver.

(Fernando Poó Hurtado)