Una joven en estado de ebriedad y con manchas sangre en la ropa, ayer miércoles al mediodía deambulaba por la avenida Itzaes, no sabía ni donde estaba, pero fue alcanzada por los moto-patrulleros de la Secretaría de Seguridad Pública en calle 79 entre la avenida citada y la 92 de la colonia Sambulá, trataron de ayudarla para que sus familiares fueran a auxiliarla, pero no colaboró y fue detenida por las “Valquirias” del Escuadrón Femenil de la SSP, para su propia seguridad.
La joven, de entre 18 y 20 años de edad, de tez clara, cabello ondulado, delgada, con un tatuaje en forma de estrella en la muñeca izquierda, vestía una blusa color rosa, pantalón de color negro y zapatos de charol, también de color negro, caminaba de Norte a Sur por la avenida Itzaes y al llegar a la calle 79 señaló hacia el Sur y le preguntó al velador de un comercio que había allá a donde iba, le respondió que en esa dirección estaba el aeropuerto y la fémina dijo que iba a Xoclán.
El velador le explicó que caminara hacia el Norte hasta la calle 90 y que por allí pasaba un camión que la llevaría a Xoclán, pero como si no hubiera escuchado la explicación, dio vuelta hacia el Poniente y se adentró en la calle 79, una arteria angosta sin banquetas, donde fue ubicada por los moto-patrulleros GM-2311 y GM-2330 de los GOERA Motorizados, minutos después llegaron como apoyo los GM-2300 y GM-2296 del mismo agrupamiento.
La joven se mostró renuente a responder las preguntas de los uniformados, respecto a si había tenido algún problema y como se había manchado con sangre su blusa, cabe aclarar que la sangre ya estaba seca, la muchacha aceptó que tuvo problemas en una fiesta y mostró una pequeña herida cortante que tenia en la palma de la mano derecha.
Ante los cuestionamientos de los uniformados, poco a poco se fue alterando, empezó a utilizar su teléfono celular y caminar dando vueltas como leona enjaulada.
Los moto-patrulleros le indicaron que se calmara, que querían ayudarla para entregarla a sus familiares sana y salva, se negó a dar la ubicación de su domicilio o el número telefónico de algún familiar, pero como se negó a colaborar los uniformados solicitaron apoyo, tuvieron mucho cuidado de no tocar a la fémina, porque con eso de que todas las mujeres son víctimas e inocentes no le dieron motivo de que se quejara para evitarse problemas con los derechos humanos.
Poco después arribó la patrulla 6649 de la SSP, asignada al Escuadrón Femenil, las “Valquirias” trataron de calmar a la muchacha, una incluso le acomodaba el cabello que le caía sobre la cara, pero nada, no colaboró, revisaron que no trajera nada en las bolsas del pantalón, le colocaron las esposas, la treparon a la patrulla y enfilaron rumbo al edificio central de la corporación.
Uno de los agentes comentó que era preferible que sus familiares la fueran a buscar al edificio a que la encontrara algún sujeto que le invitara un trago y resulte una violación o un asesinato, y después dicen que la policía no hace nada.
(Fernando Poó Hurtado)