Pensaban que lo atropellaron o que tal vez le dio un infarto y falleció, ya que el señor Guillermo no se movía y permanecía tirado a media calle, en la 58 entre 61 y 63 del Centro de la ciudad, exactamente junto al Pasaje Revolución.
La gente que pasaba se alarmó y llamó a la policía; como los vehículos no podían pasar por el señor, de aproximadamente 65 años de edad, que estaba tendido en el suelo, el sitio se volvió un caos vehicular por un momento, hasta que los uniformados de la Policía Municipal de Mérida (PMM) desviaron el tráfico de la calle 58 por 61 del Centro y solicitaron la presencia de los paramédicos de la misma corporación policíaca.
La gente que pasaba por el rumbo demandaba que revisen si el señor estaba vivo, lo cual fue afirmativo, pero los policías no podían moverlo, pues no sabían qué había pasado.
Al llegar los paramédicos valoraron al sujeto y procedieron a moverlo para ponerlo sobre la acera y darle atención médica.
Resultó que el señor Guillermo, al bajarse de la acera para cruzar el arroyo vehicular, repentinamente se desvaneció, cayendo desde su misma altura y golpeándose fuertemente la cabeza, por eso quedó unos segundos privado del conocimiento y no se movía, por lo que la gente pensó que lo atropellaron o que le dio un infarto y murió, pero por fortuna no fue así.
(Luis Tamayo Mendicuti)