La jornada de playa sabatina en el malecón tradicional se vio paralizada con el derrumbe de parte de la fachada del restaurante “pelícanos”, el cual a pesar de no estar operando representa un punto significativo para la comunidad porteña por los años de trayectoria que tuvo en su momento el lugar. Como saldo se tuvieron dos heridos de la brigada de trabajadores que se encontraban en el interior excavando, como parte de la remodelación del sitio.
El incidente se propició a la una de la tarde, cuando los albañiles se dispusieron a cavar en el área que solía recibir a los comensales, a un costado de la puerta principal, sin embargo, los cimientos se vieron colapsados junto con tres hombres de la construcción.
“Empezaron a gritar cuando se vieron abajo, los turistas tampoco ayudaron porque hicieron lo mismo y los pusieron más nerviosos. Varios palaperos y yo empezamos a quitar parte del escombro y sacarlos, los vimos muy asustados y les dijimos que todo estaba bien aunque sabíamos que su estado físico no era el idóneo, en ese caso aunque la persona esté mal tienes que actuar con sutileza o los perjudicas” expresó Ulises Dávila, acomodador de autos de origen tabasqueño de la calle 21 por 70, a la rectitud del ex restaurante.
Enseguida, se emprendió un operativo a cargo de la policía municipal para acordonar el área ante la mirada incrédula de varios trabajadores de la zona y turistas, así como también para dar parte a la cruz roja delegación Progreso para atender a los trabajadores lesionados, los cuales respondieron a las identidades de Andy Chin Garma de 22 años de edad y Adhiel Arredondo Ek con 30 años.
De acuerdo al parte paramédico, estos solos resultaron con heridas abrasivas y baja de presión por el susto. El otro involucrado en el incidente se restableció tras presentar únicamente una crisis nerviosa. Se destaca que la oportuna intervención, propició que ningún trabajador ameritara traslado al hospital.
Un par de brigadas de protección civil estatal y municipal también se hicieron presentes, declarando que la obra será suspendida hasta nuevo aviso, pues ambos departamentos se encargarán de verificar a fondo la situación que causó el derrumbe así como también para notificar a los dueños de los establecimientos y de la constructora independiente de los afectados.
“Vamos a mantener estricta vigilancia, queda cancelada la obra hasta nuevo aviso, también habrán peritos de la policía que van a analizar pruebas. Los permisos de construcción los emite el área de obras públicas, por nuestra parte solo corrieron vigilancias y visitas constantes para ver el progreso de la construcción” especificó por su parte el titular de protección civil en el municipio, Aurelio Teodoro Medina Pérez.
Se averiguó que el dueño del restaurante corresponde al empresario porteño Tomás G.C. Este local, junto con “Carabela” del fallecido líder empresarial Oziel Nicoli Arguelles y “Flamingos” de la maestra Magaly Solís Chiu, conforman los tres establecimientos insignia del malecón de Progreso al ser pioneros al ubicarse n dicho sitio hace más de tres décadas. En sus últimos años de vida de “pelícanos”, olo se le veía lleno de comensales para fechas como el carnaval, donde grupos progreseños de ska y rock acudían a tocar en la puerta del inmueble, propiciando con la llegada de la pandemia para el estado en marzo del 2020, ocasionó constantes cierres, siendo de manera definitiva, su fin como restaurante en junio de este año.
Últimamente trascendió que la remodelación del restaurante se debió a que se iba a colocar una nueva imagen tras haber cedido una renta a un empresario externo que planificó poner al servicio de la clientela local y visitante, la venta de pastas, aunque esta versión no ha sido confirmada y solo constante rumores de los trabajadores de los establecimientos cercanos. Derrumbes recurrentes en el malecón
El último operativo público para verificar construcciones de este tipo que atentan contra la integridad de los transeúntes, ocurrió el catorce de septiembre de este año cuando se colocó cinta de manera preventiva, en el hotel “Don José” y el local “playeras Progreso” ubicados en la calle 21 y 19 respectivamente, con cruzamiento en la calle 78 del área turística del municipio. Protección Civil municipal y la Dirección de Seguridad Pública y Tránsito, también clausuraron un domicilio de la calle 78 por 21, alado del restaurante “costa azul”, pues se encontraba en calidad de abandono, aparte de tener una antigüedad de más de cincuenta años de existencia.
Otro derrumbe que se lamentó, ocurrió el pasado mes de julio con una casa veraniega a espaldas del malecón internacional, en la calle 27 por 86 y 88, misma que provocó que se quedaran atrapados tres inquilinos aunque sin lesiones ni heridas de por medio. El hogar se consideraba como uno de los más antiguos y vulnerables del puerto, pertenece a os adultos mayores Olivia Segura y Porfirio Chalé Nos, antiguo celador de la policía municipal.
Uno de los más trágicos, ocurrió también con el restaurante bar “Mocambo” con ubicación a espaldas del boulevard “Romeo Frías Bobadilla” , el 17 de febrero del 2019. En el incidente, murieron bajo los escombros la niña Scarlet O.L.L., los adultos Kimberly Paulina Estefanía Salazar Juárez y el panadero Diego Armando Bojórquez Collí.
En ocasiones anteriores, el titular de protección civil en el puerto, ha manifestado que en el municipio y sus comisarías hay más de treinta edificaciones con peligro de derrumbarse.
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RM