En los cuatro meses transcurridos de este año, dos mujeres de la tercera edad han sido víctimas de feminicidio a manos de sus nietos. Una en Tixcacaltuyub, comisaría del municipio de Yaxcabá y el otro en la ciudad de Ticul. El delito de feminicidio se incorporó formalmente al Código Penal de Yucatán el 30 de abril del 2013, pero el Congreso del Estado lo incluyó entre los crímenes graves el 19 de marzo del 2014 y la reforma se publicó oficialmente el 1 de abril de ese mismo año.
Con esa medida se reparó la omisión que impedía reconocer los asesinatos por razones de género y se abandonó la catalogación de “crímenes pasionales” que por años predominó en la Entidad al etiquetar ese grave hecho como un homicidio. Según esa misma norma, si entre el feminicida y la víctima hubo una relación de parentesco por consanguinidad en línea recta, laboral, docente o sentimental, se impondría una pena máxima de 50 años de prisión y de 500 a mil días de salario como multa.
Sin embargo, el 29 de julio del 2021, el Congreso estatal modificó el Código Penal del Estado y la Ley local de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia. Con esto, se aprobó una pena mínima de 50 años de prisión y una máxima de 65 años para castigar el delito de feminicidio en menores de edad.
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Incluidas estas dos adultas mayores, son seis los feminicidios registrados en Yucatán. Esa cifra supera los cinco oficiales que se cometieron el año pasado en la Entidad, además de cuatro asesinatos dolosos contra yucatecas durante el 2022.
Balean a octogenaria
El delito contra la adulta mayor en Ticacacaltuyub se suscitó el 17 de abril, cuando el nieto de Gualberta, de 80 años de edad, le disparó con una escopeta lamentable e hirió a otras tres personas que estaban en ese momento con la ahora fallecida.
Se supo que el agresor, de 16 años de edad, al parecer, estaba bajo los influjos de alguna sustancia tóxica. Aunque intentó escapar después del ataque, la policía logró capturarlo, y el miércoles pasado fue vinculado a proceso y enviado al Centro Especializado en la Aplicación de Medidas para Adolescentes (Ceama), donde llevará su proceso.
Luego, el 30 de abril, en Ticul, se registró el segundo feminicidio de una abuelita, cuando una mujer de 92 años, de nombre María, fue víctima de su nieto Gilberto I.V.P., de 32 años, quien bajo los efectos de alguna sustancia psicotrópica tomó un palo y golpeó a su abuela, hasta que la mató.
Quería comprar más droga
Se presume que el sujeto le pidió dinero a la nonagenaria para comprar más drogas, pero como la mujer se negó el individuo la agredió hasta que le ocasionó la muerte por traumatismo craneoencefálico.
El individuo huyó, pero cuatro días después, elementos de la Fiscalía General del Estado (FGE) lograron detenerlo por el delito de homicidio en razón de parentesco. Hoy será la audiencia para definir su situación jurídica.
Los otros feminicidios ocurrieron, el primero, el 7 de enero, cuando Yeimy Berenice Lavadores Canul, de 27 años de edad, fue estrangulada en un hotel de paso y luego tirada dentro de un pozo en la colonia Plan de Ayala Sur.
Dos meses después, el 28 de febrero, María Petronila E.N., de 40 años, fue ultimada en Tixkokob, en una vereda, cuando se dirigía a laborar en una maquiladora. Un sujeto, quien, al parecer, trabajaba con ella acabó con su vida.
Posteriormente, en Motul, el 4 de marzo, un individuo, de 22 años de edad, asesinó a María de Fátima, en un camino de terracería, a quien remató con golpes con una piedra en la cabeza.
El más reciente hecho se suscitó en la localidad de Chichimilá, donde la mañana del 8 de marzo una mujer fue asesinada a golpes con una pala, cuando su pareja la encontró con otro hombre en su casa. Después de cometer el crimen, el sujeto se quedó salió a la terraza de la vivienda, donde espero a la policía.
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CC