En Tizimín, en aparente estado de ebriedad, una mujer, identificada como Vicaria M.T., de 32 años de edad, llegó al velorio del que era su pareja, donde se cortó las venas de las muñecas.
Durante la madrugada de ayer, en la calle 30 entre 63 y 65 de la colonia Santo Domingo velaban a un Juan Carlos C.Y., de 49 años de edad, quien el domingo pasado murió tras ingerir garrapaticida en un rancho.
Ese día, Vicaria acudió a El Palomar, ubicado a unos seis kilómetros de la comisaría Chenkekén, donde encontró al hombre en su hamaca inconsciente. Solicitó ayuda a las autoridades policiacas, a través de los números de emergencia.
Los hechos de ayer se suscitaron cuando la mujer, ante la impotencia de observar a su pareja sin vida y ofuscada por el alcohol agarró un objeto cortante con el que se hirió en varias ocasiones en las extremidades de las que empezaron a emanar bastante sangre.
Según algunos testigos, cuando llegó, Vicaria se paró frente al ataúd, y en medio del llanto, mientras se cortaba las venas gritaba: “Te voy a extrañar siempre, te amo. ¿Por qué me dejaste?”.
Familiares solicitaron ayuda a las autoridades, a través de los números de emergencia. Acudieron técnicos en urgencias médicas de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) y le atendieron heridas de unos cinco centímetros en ambas muñecas. Lo socorristas dijeron que requería ser trasladada a un hospital, pero la mujer se negó, salió del domicilio y abordó un taxi.
Cae a un pozo
Por otra parte, en Mérida, un trabajador fue rescatado de un pozo pluvial al que cayó mientras trabajaba, en la calle 47 con 54 del segundo cuadro del Centro, cerca del parque la plancha y requirió ser trasladado a un hospital.
Se supo que el hombre, de 28 años de edad, trabajaba como albañil en la remodelación de un predio en la calle 47, pero no se percató de la oquedad que no tenía tapa cuando caminaba en la 54 y acabó en él.
Una persona se percató de la caída e hizo el reporte, a través de los números de emergencia. Arribaron agentes de la Policía Municipal de Mérida (PMM), junto con paramédicos, pero se requirió la intervención de los cuerpos de rescate.
Los especialistas de la SSP utilizaron poleas para sacar al joven trabajador del pozo, que según dijeron tiene 10 metros de profundidad, pero estaba seco. El alarife resultó con varios golpes, que le atendieron los paramédicos y lo trasladaron al Hospital General Agustín O’Horán.
Varios de los compañeros del trabajador estuvieron pendientes del rescate y cuando concluyeron las labores de los especialistas, ellos mismos se encargaron de colocarle una tapa a la oquedad, para evitar otro accidente.
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AA