Una alteración del orden público en el fraccionamiento Vivah de la ciudad de Motul saldó dos mujeres retenidas por colonos, quienes las acusaron de diversos actos de agresión contra sus viviendas.
Los hechos ocurrieron en la calle 3 con 26 del mencionado fraccionamiento, ubicado al Norte del municipio, donde un grupo de vecinos tomó la decisión de “hacer justicia por su propia mano” tras una serie de conflictos durante un buen tiempo.
Según testigos, los colonos han vivido durante más de seis años bajo constantes agresiones de parte de una familia originaria de Kanasín, que, aseguran, ha perturbado la paz del vecindario con actos como lanzar piedras a las viviendas, proferir insultos, e incluso quemar cercas y mallas divisorias.
Esta vez, la gota que colmó el vaso fue un nuevo incidente en el que las mujeres, identificadas como María A.P. y su hija Y.U.P., presuntamente, insultaron y apedrearon la casa de una de las vecinas.
Enardecidos por lo que consideraron una nueva agresión, los habitantes de la zona decidieron actuar por su cuenta y retuvieron a las dos mujeres, las ataron con cuerdas en las afueras de una vivienda que ocupan. “Estamos cansados de esta situación, ya no podemos vivir tranquilos. Hace tiempo que no tenemos paz, y nos hemos quejado con las autoridades, pero nunca hacen algo”, comentó uno de los colonos.
Entre los afectados por los actos de agresión están Concepción Talavera, quien denunció que su casa fue apedreada, y Verónica Bacab, José Orlando Kuk y Leonardo López. Dijeron que han sido víctimas de diferentes tipos de violencia física y material, como pedradas y daños a sus cercas.
Los vecinos exigen que las autoridades municipales intervengan y retiren a la familia de la zona, ya que, según ellos, no sólo afectan su tranquilidad, sino también la seguridad de los niños que habitan en el fraccionamiento.
Sin embargo, la situación tomó un giro cuando un grupo de colonos defendió a las mujeres retenidas, aseguraron que los hechos no fueron tan simples. Indicó que los vecinos, en su mayoría hombres, ingresaron sin permiso al predio y actuaron de manera violenta.
Argumentaron que las mujeres fueron amarradas de forma forzada, y señalaron que la hija de María, de 17 años de edad, y la menor de cuatro también fueron sometidas a este trato, lo que consideran un delito.
Ante el riesgo de que la situación pudiera escalar, elementos de la Policía Municipal y Secretaría de Seguridad Pública (SSP) llegaron al lugar y lograron rescatar a las mujeres y la menor. Las trasladaron a un sitio seguro. La menor de cuatro años fue entregada a su abuelo, quien se presentó en el lugar para hacerse cargo de ella.
Las autoridades locales, al ser notificadas de la situación, hicieron un llamado a las dos partes para que presenten sus respectivas denuncias ante la Fiscalía General del Estado, a fin de que se investiguen los hechos y se finquen responsabilidades.
Los oficiales reiteraron que este tipo de situaciones deben ser canalizadas a través de las vías legales y no mediante actos de justicia por mano propia. La controversia sigue sin resolverse, pero tanto los colonos como las autoridades han instado a que se esclarezca la situación lo antes posible para evitar que se repitan nuevos conflictos en la zona.
Algunos de los vecinos comentaron que la mujer agrede a sus propias hijas, lo que demuestra que es una persona conflictiva, lo que la hace más peligrosa para las familias que habitan en la zona. “Se sentía intocable, por eso hacía y deshacía, pero ahora ya se cansaron los vecinos y por eso la tomaron con su propia mano”, externó uno. Los colonos manifestaron que acudirán a las autoridades para presentar la denuncia.
