La Asociación de Papás de Pacientes con Enfermedades Hemático Oncológicas Pediátricas (Appehop A. C.), invitó a la ciudadanía a participar en la campaña “Reciclando una esperanza”, que llevan a cabo en diferentes espacios públicos con el objetivo de recolectar tapas de refresco y latas de aluminio y latón, no sólo para cuidar al medio ambiente sino primordialmente para ayudar a pequeños con algún tipo de cáncer en sus tratamientos.
La Asociación Civil es de carácter regional, detalló la doctora especialista en oncología pediátrica, Silvia Cano González, pues trabajan con familiares de niños de los estados del Sur Sureste de México, como una manera de unir fuerzas y lograr sus objetivos, ya que reveló que “el Sureste de la República en relación al cáncer ha sido muy olvidado, siempre he mencionado que del Centro de la República al Sureste estamos en infraestructura muy deficientes, muy diferente a lo que está sucediendo en el Centro y Norte donde existen más centros especializados, la idea es unirnos como región y hacer algo por nuestros niños con cáncer, ya que si algún pequeño requiere algún tratamiento tiene que viajar a otras entidades para lograrlo”, expuso en entrevista.
En ese sentido, abundó que ante la falta de hospitales adecuados en Campeche, trabajan principalmente en el Centro Oncológico localizado en Villahermosa, Tabasco, donde ya se atiende a dos menores carmelitas.
Es por ello que exhortó a la ciudadanía a participar en los sitios donde vean los recolectores de tapitas de refresco, pues con este material logran apoyar a los gastos médicos de las familias; aunque comentó que cada vez es más complicado.
“Lo que hacemos es ayudar a todos los niños que reciben tratamiento en el Oncológico de Tabasco, independientemente de dónde sean, llevamos insumos y medicamentos para que se ocupen para todos los niños, los padres de los niños o familiares son los encargados de llevar los programas en sus comunidades, se benefician aproximadamente 150 niños en tratamiento, pero a nivel región”, indicó.
“Hace mucho tiempo una empresa refresquera dio una promoción de tapitas por quimioterapias, y en ese entonces mil tapitas equivalían a una quimioterapia, pero vieron que no era costeable porque es muy caro el tratamiento, entonces ahora nosotros las vendemos a una recicladora, y la recicladora nos paga y con ese recursos nosotros ayudamos a los niños, a veces una tonelada de tapitas alcanza para dos medicamentos”, expresó.
Finalmente, comentó que estarán en varias escuelas públicas e instancias de Gobierno donde los carmelitas podrán depositar tapas y aluminio para esta labor social y ambiental.
(Texto y fotos: Carlos Valdemar)