Católicos se preparan desde ahora para celebrar los 500 años de la aparición de la Virgen Morena en el Cerro del Tepeyac / Realizarán peregrinación con antorchas por barrios antiguos de San Francisco de Campeche
CAMPECHE, Cam., 9 de diciembre.- La fe y el cariño a la Virgen de Guadalupe se renueva cada año y en cada peregrinaje, sea hacia la Basílica de Guadalupe, en la Ciudad de México, al Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, en San Francisco de Campeche o a las parroquias donde se rinde culto a la Virgen Morena, en Mérida, Yucatán.
A 468 años de la primera aparición un 12 de diciembre de 1531 en la tilma de Juan Diego, la devoción no disminuye, por el contrario cada año se acrecienta e, incluso, existen casos de quienes no la veneraban y de pronto se han convertido en fervientes seguidores de la Morenita del Tepeyac.
“En Campeche, esta festividad católica siempre es bien esperada. A 32 años de cumplirse los 500 años de la aparición de la Virgen de Guadalupe en el Valle del Anáhuac, en el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe renovaremos nuestra fe en Santa María de Guadalupe”, declaró el párroco Fabricio Seleno Calderón Canabal.
El también rector del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe declaró que como cada año recibieron a los peregrinos y antorchistas que recorren la región en veneración a la Emperatriz de América. A los viajeros se les brinda alimentos, atención médica e incluso bendiciones al arribar al Santuario.
Por ello, el diácono Lorenzo Agustín Santos exhortó a los donantes a que aporten víveres, alimentos o dinero hasta el 11 de diciembre ya que ese día todos proyectan su regreso a sus comunidades de origen para estar ese día o a más tardar el 12 de diciembre a mediodía o cuando mucho por la tarde.
Por su parte, Calderón Canabal anuncia que los Obispos del país ya presentaron un proyecto para comenzar los festejos por los 500 años de la aparición de la Virgen de Guadalupe en el Cerro del Tepeyac.
Añade que para el 2019 se tiene contemplado que empiecen las actividades que se proyectan se hagan anualmente hasta el 12 de diciembre del 2031, en que se festejen los 500 años de la aparición a Juan Diego.
Este año se contempla realizar una peregrinación entre las familias de Guadalupe y los devotos con antorchas para simular la luz que representa la Virgen María en procesión por las calles del barrio así como del Centro Histórico, así como la participación del Cristo Negro de San Román.
Su primer peregrinaje a los 13 años.
Ronaldino Méndez Pérez es originario del municipio de Chilón en Chiapas, y desde que tenía 13 años hizo la primera carrera para visitar el santuario de la Virgen de Guadalupe. Actualmente, a los 19 años, también ya llegó hasta la Basílica en la Ciudad de México y manifiesta su orgullo de venerar a la Morenita del Tepeyac y de respetar la diversidad religiosa en el país.
Con seis años de participar con un grupo de 18 integrantes, entre jóvenes (hombres y mujeres), y personas mayores de su comunidad (algunos entre los 30 y 40 años), parten de Chiapas en vehículo y a partir de que llegan al punto inician el retorno corriendo.
Este año llegaron hasta Mérida, de donde partieron en la madrugada para arribar a Campeche en donde pernoctaron y luego de descansar dos días, seguirán su carrera hasta Champotón en donde pernoctarán y así ir corriendo varios tramos para estar en Chiapas el 11 de diciembre.
Reconoce que es primera vez que viene a Campeche de los cinco años anteriores que ha participado en las peregrinaciones mientras que otras personas de su comunidad tienen incluso 20 años que hacen estos recorridos por todo el Sureste e incluso hasta la Basílica de Guadalupe.
En el caso de las veces que han hecho el recorrido hasta el centro del país salen el 28 de noviembre de Chiapas para estar en la Ciudad de México hasta el tres de diciembre y de ahí comenzar la carrera para arribar a su Entidad natal también el 11 de diciembre.
De la decisión de hacer las peregrinaciones explica que “me incorporó a mí mismo, tenemos diferentes formas de pensar en lo que venimos hacer por una petición o algo por una necesidad, todos tienen su forma de pensar ellos también, yo tengo mi forma de pensar, para mí, no por problemas, porque también sé que también hay que respetar la Virgen de Guadalupe. Por eso”.
Casa de Adoración proporciona alimentación
De los creyentes que proporcionan la alimentación para los peregrinos y antorchistas el Diario de la Dignidad, Identidad y Soberanía platicó con las integrantes de la Casa de Adoración, ya que ese día le correspondía dar los alimentos.
Al respecto Carlota Gómez Azuara explica que por grupos se distribuyó a quién le correspondía estar dos días entregando los alimentos, en su caso en turno de dos personas se iban rotando durante el desayuno, almuerzo y cena.
“Pertenecemos a la Casa de Adoración, es la Casa de Adoración que pertenecemos a Guadalupe y porque por eso se nos toma en cuenta para el apoyo de los peregrinos”, precisa.
Detalla que a seis de la mañana, tomaron el puesto y proporcionaron el desayuno, “se les dio tortas, sadwiches y café. En la comida se les va a dar atún preparado y sus frijolitos, es lo que vamos a dar al medio día”.
Agrega que “primeramente Dios, en la noche se llega a preparar arroz con leche y café”, además de que “nos traen otra vez sándwich o torta lo que nos traigan, lo que nos donen, esto va ser para la noche”.
Puntualiza que como Casa de Adoración tienen tres años participando en el apoyo de las personas que asisten cada año a la veneración de la guadalupana que en esta ocasión sólo fueron 27 personas.
“Se lo ofrecemos a la Santísima Virgen para apoyar a nuestros hermanos peregrinos”, ya que “somos del Guadalupe pertenecemos al barrio de Guadalupe”, significa.
Barrio de canarios y navarros
El historiador Cruz Ramos Justo escribió un texto en donde relata el asentamiento de lo que es hoy el barrio de Guadalupe siendo a finales del siglo XVI cuando se comienza a conformar este asentamiento.
Los habitantes provenían de las Islas Canarias y de la región de Navarra en España, lo que propició su arquitectura y las características particulares que distinguieron al barrio.
De acuerdo a su relato “las casonas más prominentes del barrio se ubicaron en la Calle Real (hoy Calle 10) que conectaba este barrio con el de San Francisco, ahí estaban también casi todas las casas comerciales del barrio”.
Además de que en esta “misma arteria donde hace 150 años pasó la Emperatriz Carlota con sus carruajes y doncellas para dirigirse a la Puerta de Guadalupe, donde la augusta dama fue recibida por las entonces autoridades imperiales”.
Y es frente a la citada puerta donde se ubicó uno de los lugares más frecuentados por todos los campechanos los Portales que hoy en día conocemos como: San Martín.
También da a conocer que por las crónicas de la época, se sabe que el emblemático inmueble se construyó en 1836, “por iniciativa de Don José Trinidad Medina, quien con permiso del Ayuntamiento y del Comandante de Armas, mandó a construir una casa con amplios portales frente al abandonado Campo de Tiro de Guadalupe”.
La construcción al igual que la mayoría de las casas del mismo barrio contaba con grandes ventanas con guardapolvos, y portales donde se ubicaron grandes bodegas que servían para guardar mercancías.
Destaca en su texto que “la cercanía de este barrio con la playa propició que los guadalupanos fincaran gran parte de sus ingresos del comercio de mercancías, ya que podían ingresar tanto de manera legal como ilegal enseres diversos para ser vendidos a bajo costo, pues no pagaban el impuesto aduanal”.
Otro edificio importante se construyó “sobre la Calle Real del mismo barrio, se ubicó la famosa mansión de Punta Diamante, propiedad del entonces vecino de nombre Antonio León Ledesma”.
Con respecto a la parroquia detalla que con “cal y canto, materiales característicos de la región fueron los principales elementos utilizados para la construcción de una pequeña ermita que se construyó a orillas de la playa del barrio consagrada a la devoción mariana, hace más de cuatro siglos”.
Y da a conocer que “la erección del primer espacio destinado al culto religioso, se debió a la iniciativa del encomendero Pedro Martin de Bonilla, quien con recursos propios fundó un sitio en honor a la Virgen de las Villuercas de Extremadura, España, patrona de la evangelización del Nuevo Mundo”.
Cita que “de acuerdo al religioso Fray Gregorio de Montalvo, la primitiva ermita estaba construida a base de piedra, y sin ornamentos, más que la imagen de bulto, posible copia de la virgen extremeña”.
También precisa que según las crónicas, “en este lugar se celebraba a la virgen cada 8 de diciembre cuando de acuerdo a la tradición española se organizaba una procesión”.
Detalla que “en el siglo XVIII, la iglesia de Guadalupe sólo era frecuentada durante las celebraciones marianas o bien en alguna actividad de índole eclesiástica. Ya para 1732, el gobernador de Yucatán, Antonio de Figueroa, reconoció a la ermita como Parroquia perteneciente a la villa campechana. En 1817, se pretendía que se le diera la categoría de Curato”.
Destaca que en 1697, Roma reconoció a la virgen mexicana como patrona de la Nueva España y le dio carácter oficial a la devoción, los estudiosos del tema coinciden que el fervor a la virgen del Tepeyac debió darse en Campeche durante la primera década del siglo XIX.
Y precisa que “para el 11 de diciembre de 1827, el Alcalde de la ciudad ordenó por medio de un decreto que en el marco de “la festividad de nuestra Señora de Guadalupe, Patrona titular de la Nación Mexicana, ordenó y mandó a todos habitantes que en la noche de este día y en la mañana, decoren sus puertas, ventanas y cortinas, luminarias y otras demostraciones dignas de la reverencia debida al objeto a que se dedican”.
Lo anterior de acuerdo al texto Anales Históricos de Campeche, tomo I, de Francisco Alvarez Suárez.
Y aclara que para esa fecha todavía no se arraigaba la tradición guadalupana en la ciudad, ya que cuando la Emperatriz Carlota Amalia llegó a la ciudad en 1865, al igual que durante su estadía en la capital del país, profesó devoción a la virgen extremeña a tal grado de visitar la iglesia del barrio guadalupano.
Subraya que en Campeche, la celebración a la Morenita del Tepeyac ya figuraba en los calendarios civiles decimonónicos. Un ejemplo de esta situación fue el decreto del 11 de agosto de 1859, en el que Benito Juárez, Presidente de México, incorporó la fiesta de la Virgen de Guadalupe.
Enfatiza que en la actualidad, la iglesia consagrada a la guadalupana, es una de las tres principales del país donde se congregan cada 12 de diciembre los peregrinos que profesan un profundo amor a la Virgen de Guadalupe.
Otros datos de la iglesia
En el libro Las iglesias coloniales del Puerto de Campeche, publicaciones de la Universidad del Sudeste, editado en MCMLXXXVI, también se expone que “en el último tercio del siglo XVI se inicia en Campeche la construcción de una ermita en honor de la Virgen”.
Y específica que “hay que aclarar que esta devoción traída y propiciada por los franciscanos no se refería al culto guadalupano mexicano que por 1531 se había iniciado con la aparición de la Virgen al indio Juan Diego, sino a la Virgen Guadalupana de Villhuercas, de Extremadura España que curiosamente posee algunas características similares a la mexicana. Además una gran cantidad de los conquistadores provenían de esta región, lo que propició este culto”.
De la iglesia describe que es una construcción es sumamente sencilla y sobria. Su fachada consta de una puerta principal con arco de medio punto, su balcón del coro y al lado izquierdo su torre campanaria dividida en dos cuerpos. La iglesia posee en pequeño remate que corona la construcción.
La iglesia es en forma de cruz latina de una sola nave, de muros lisos apoyados por contrafuertes. Posee dos capillas laterales de techo abovedado. El techo del templo está construido “en rollizos, las paredes del interior están decoradas y poses algunos altares sin ninguna importancia artística. En el presbiterio se encuentra la virgen Guadalupana del Tepeyac y los cuadros que representan la historia de las apariciones fueron realizados por Luis de Toral González.
Además informa que en los años 60´s se llevo a cabo la remodelación de la iglesia principal gracias al gobierno estatal dotando de luz artificial el exterior del inmueble.
Evangelizar, un reto: Obispo González González.
Al iniciar los festejos de este 2018 en la iglesia de Guadalupe, el Obispo de Campeche, José Francisco González González, resalta que “poco a poco nos estamos acercando al V Centenario de este gran acontecimiento, acaecido en diciembre de 1531 cuándo la Virgen encontrándose con un habitante de estas tierras del valle del Anáhuac, Juan Diego convertido tan solo unos años atrás le trae un mensaje de Dios”.
Rememora que antes de 1531 muchos frailes, así lo constan las cartas que escribían, “estaban desesperados porque veían que el reto de la evangelización se estaba convirtiendo muy difícil hacia los indígenas sobre todo porque algunas etnias tenían una estructura sociológica, arquitectónica, teológica, bastante estructurada. Entonces traerle la fe del evangelio se estaba volviendo muy complicado”.
También reconoce que aunado a eso se tenía la rebelión de los indígenas “porque algunos soldados de los conquistadores los maltrataban entonces la asociación fe con el trato que le daban los soldados pues se volvía repelente, no querían aceptar esta fe que traían los frailes”.
Resalta tras el acontecimiento de 1531, “los frailes se maravillan como los indígenas comienza a entender la nueva fe y a pedir el bautismo”.
Plantea que “Papa Juan Pablo II en una ocasión que habló de la virgen de Guadalupe” expresó que “el ayate de Juan Diego, la tilma de Juan Diego es una catequesis de perfecta inculturación”.
Expresa que los indígenas tenían su entender y para esto tenían sus códices como el azteca o el maya, “en base a símbolos y en base a figuras y los indígenas que tenían una idiosincracia muy fuerte que no estaba acostumbrado a cosas teóricas, al ver los códices entendían su religión”.
Por lo que resalta que “la Virgen de Guadalupe se convierte en un códice cristiano para los indígenas, una evangelización perfectamente incultural”, por lo que reitera que “la Virgen de Guadalupe se convirtió en un códice que ellos si lo entendieron”.
Y pidió a los catequistas que en su proceso de evangelización también se adapten a los nuevos tiempos para enseñar a los niños y jóvenes la palabra de dios.
Por lo que concluye que “la Virgen de Guadalupe tiene el gran título de evangelizadora de América ya que en los primeros años de 1524 a 1531 con apenas siete años de estar en estas tierras, los 12 frailecitos que apenas saben la lengua”; sin embargo, tras la aparición de la imagen de la Virgen morena se propagó la fe.
Y remata al decir que Ignacio Ramírez “El Nigromante”, aunque no era católico, “él reconocía que México tiene su identidad como país por la Virgen de Guadalupe”.
(POR ESTO!/Campeche)