La temporada baja recién concluida alcanzó niveles históricos, cayendo del 40 al 10 por ciento, señalaron hoteleros del centro de la ciudad, lo que genera preocupación entre los prestadores de servicios en una de las ciudades más visitadas de México.
La percepción negativa generada por la conducta corrupta de algunos policías y el abuso de taxistas al cobrar tarifas excesivas a los turistas es sólo uno de los factores que contribuyen a la mala imagen, lo que afecta la llegada de turismo.
“La imagen de Tulum se está viendo afectada de manera grave. Los turistas ya no se sienten seguros al visitar nuestro destino, y esto se refleja en el número de reservas. No podemos permitir que unos cuantos dañen lo que tanto tiempo y esfuerzo nos ha costado construir”, expresó Antonio Paparella, empresario del destino.
Estas problemáticas están dañando principalmente a los pequeños y medianos empresarios, quienes dependen del turismo internacional para sostener sus operaciones.
El deterioro de la imagen pública del noveno municipio, provocado por incidentes de corrupción policial, abusos de autoridad y conflictos con taxistas, ha generado incertidumbre entre los visitantes.
En las últimas semanas, casos de extorsión a turistas y enfrentamientos con taxistas han sido reportados en los medios, afectando la percepción de Tulum como un destino seguro. Este cambio de imagen impacta no sólo a los hoteleros, sino también a los trabajadores, guías turísticos y restaurantes que dependen del flujo constante de visitantes.
Paparella señaló que la ocupación durante los meses considerados de baja temporada cayó por debajo del 40 por ciento, algo que no se había visto en años recientes. Este descenso afecta la economía local, dejando sin empleo o reduciendo los ingresos de cientos de familias que dependen directa o indirectamente del turismo.
Ante este panorama, los hoteleros exigen a las autoridades implementar estrategias efectivas para reforzar la seguridad y garantizar un trato digno a los visitantes. “Necesitamos que el Gobierno actúe de manera inmediata. La seguridad debe ser una prioridad, y eso incluye capacitar mejor a los policías y establecer un control más estricto sobre los taxistas. Los turistas vienen aquí buscando relajarse, no enfrentarse a problemas”, enfatizó Paparella.
Además, empresarios locales comenzaron a tomar medidas propias para mitigar los daños, como ofrecer promociones, paquetes turísticos y actividades que resalten la cultura local. Sin embargo, reconocen que estas acciones no serán suficientes si no se atiende el problema de raíz y no se restaura la confianza de los visitantes.
La comunidad empresarial coincide en que el futuro de Tulum depende de acciones inmediatas para revertir esta crisis y proteger la reputación del destino. Mientras tanto, los hoteleros reiteran su llamado a la unidad y al compromiso entre los sectores público y privado para garantizar un crecimiento sostenido en este importante destino.