Sin importar los fuertes rayos del sol, carmelitas se congregaron en la Plaza Cívica “7 Agosto” para ser testigos del momento histórico de la Toma de Posesión de Andrés Manuel López Obrador como Presidente de la República, un hito trascendental para la nación que se vivió con las emociones a flor de piel y resaltaba en los rostros de cada uno de los presentes.
Desde temprana hora decenas de ciudadanos fueron llegando a la Plaza Cívica donde se habilitaron dos pantallas gigantes para seguir la transmisión desde la capital del país, aunque el calor estaba en su apogeo, familias enteras venidas desde las colonias populares de la Isla no perdieron el ánimo en ningún momento.
Cerca de las 11:00 de la mañana se anunció el arribo de Andrés Manuel López Obrador al Palacio Legislativo de San Lázaro, donde recibió la Banda Presidencial y dirigió un discurso a todos los mexicanos.
Al verlo en las pantallas los carmelitas vitorearon al Presidente de la República quien por más de 18 años luchó para alcanzar la mayor responsabilidad de la nación, con el objetivo de cambiar el régimen de injusticia impuesto por el neoliberalismo.
Elecciones de julio
Sin embargo, Andrés Manuel López Obrador reconoció a Enrique Peña Nieto el no haber intervenido en las pasadas elecciones del 1 de julio, lo que generó expresiones contra el hoy ex mandatario por las reformas impuestas durante su sexenio que tanto laceraron la economía local.
Pese a haberle agradecido que haya respetado la voluntad popular, en su discurso inaugural el Presidente de la República no omitió señalar el fracaso de la política neoliberal emprendida desde hace tres décadas, “hoy comienza un cambio de régimen político”, afirmó desatando aplausos entre los ciudadanos.
NO más corrupción
Aunque el evento protocolario duró cerca de media hora, carmelitas estuvieron atentos externando su aprobación ante el análisis del estado que guarda el país, como nunca antes López Obrador inició su gobierno describiendo los profundos problemas que enfrenta México, el principal de ellos el de la corrupción, afirmando ante los legisladores su compromiso por erradicarla de la vida pública nacional.
Uno de los momentos más emotivos fue al finalizar su discurso, cuando los presentes entonaron el Himno Nacional, poniendo en cada una de sus estrofas las esperanzas para que México salga del despeñadero.
Los ciudadanos manifestaron tener confianza en que las cosas cambien para bien, destacando los proyectos para Carmen, deseando pasar la página de la historia hacia una nueva realidad más justa para todos los mexicanos.
(Texto: Carlos Valdemar / Fotos: Carlos Valdemar / Especial)