HECELCHAKAN, Cam., 9 de febrero.- Una enorme grieta adorna uno de los costados de la fachada del ex convento de San Francisco de Asís en esta ciudad, en cuyo interior está la biblioteca local, sin embargo las autoridades el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), al dejar pasar desapercibida esta situación y no realizar los trabajos de restauración, al parecer están esperando que suceda una desgracia al desplomarse y después busquen a quién echarle la culpa.
Habitantes de esta ciudad que a diario transitan por el lugar para acudir al mercado público “José del Carmen Ortegón” señalaron que ya es notaria la grieta en el ex convento de San Francisco de Asís, el cual sólo recibe atención con los recursos de las autoridad locales, quienes aún tratan de rescatar este edificio que luce todavía en su máximo esplendor, aunque las autoridades del INAH sólo se hacen de la “vista gorda”, dejando pasar el tiempo sin que se preocupen en rescatar esta obra que data del siglo XVII.
Rita Euán Coyoc y Margarita Medina Caamal explicaron que dentro del ex convento se encuentra aún una parte de la biblioteca donde se resguardan grandes escrituras locales, escritas y narradas por los mismos habitantes, además de documentos de la cabecera municipal, y que hasta la fecha muchos niños y jóvenes visitan ese lugar para realizar sus trabajos de investigación, con el riesgo que se desplome una parte de este emblemático edificio que en una época de igual manera funcionó como aulas de la Escuela Normal Rural “Justo Sierra Méndez”, la oficina de Telégrafos de México, la Casa de Cultura y la Coordinación de Deporte de la Comuna.
Asimismo destacaron que sí es preocupante la situación en la que se encuentra el inmueble, ya que incluso se siente cómo vibra esta estructura, por lo que ya no es nada confiable, y al pasar del tiempo la infraestructura puede colapsar, lo que es un verdadero peligro para los jóvenes que asisten al lugar, así como para los que circulan en su exterior.
Los quejosos señalaron que este edificio colonial tiene más de cien años de antigüedad, por lo tanto no puede ser remodelados sin el consentimiento del INAH, por lo que es necesario que dicha institución ponga de su parte para que nuevamente luzca y sea un atractivo para propios y extraños, además de ser considerado un espacio histórico para la Nación.
(José Manrique Euán Martín)