CHAMPOTON, Cam., 10 de mayo.- El párroco Francisco Verdejo Aguilera ofició la misa en el panteón de la playa, para familiares que tienen sepultada a su progenitora, por ser el Día de las Madres. El presbítero exhortó a la feligresía católica que, mientras se esté presente en este mundo terrenal, hay que darle el agradecimiento a Dios que nos envió a ese ángel que nos educó, porque una madre debe ser siempre recordada.
En esta vida las mamás son como las rosas, primero cuando florecen son hermosas, pero con el paso del tiempo se marchitan, así son las mamás que entregan todo, en el momento de tener a su primer hijo que laboran sin cansancio para darle atención, aun sufriendo a veces sus propios insultos, pero ella olvida todo por tenerlos junto con ella, eso son los golpes que da la vida, a veces por no saberlos educar y se termina todo cuando Dios nos llama.
La misa fue oficiada a las 08:30 de la mañana en el panteón de la playa, se entonaron las Mañanitas a las madrecitas que ahí están sepultadas, el padre Francisco Verdejo Aguilera mencionó que es el día en que debe ser recordada aquella madre que lo dio todo cuando estaban en vida.
El presbítero Verdejo Aguilera recalcó que nadie va ser eterno en esta vida, porque todos estamos de paso, y les pidió que no hay que acostumbrarse a la cosas terrenas de los seres humanos y las cosas eternas se forjan en la tierra, o sea, desde aquí, porque hay que vivir siempre haciendo el bien, como las madres de cada uno, que nos cuidaron, protegieron y dieron todo para con nosotros y ahora gozan de la vida eterna.
Las madres, aunque no estén físicamente en esta vida terrenal, estarán siempre en las mentes y corazón de cada uno de sus hijos, siempre estarán vivas, este día es especial para todos sus hijos, hay que recordar que ahí están en esos sepulcros los seres queridos que nos han precedido en el camino.
Las palabras de Jesús son proféticas cuando dicen “quien coma mi carne y beba mi sangre tiene vida eterna, y quien beba mi sangre es verdadera bebida que da vida”, a la que está siempre llamándonos a perfeccionar, para eso hay que acercarse a la eucaristía, concluyó.