Un afable domingo familiar compartieron decenas de familias, mismas que aprovecharon las refrescantes y bellas playas carmelitas para amortiguar las altas temperaturas que han prevalecido en fechas recientes; y además aprovecharon a recargar pilas para iniciar con todo la semana laboral.
Desde tempranas horas, las playas carmelitas se vieron abarrotadas por los bañistas que aprovecharon el calor costeño para refrescarse bajo la sombra que ofrecen la conjunción única que ofrecen las palapas y la brisa del mar.
Los reyes del hogar aprovecharon para jugar entre la arena, realizando castillos y dando así sus “pininos” como futuros escultores; otros más aprovecharon a tomar sus primeras lecciones de natación de la mano de papá. Múltiples sonrisas entre competencias de carreras se mezclaban con la humedad del ambiente que se dejaba ver algunas gotas de sudor, mientras tanto los bañistas más precavidos amortiguaban las intensas temperaturas con unas “frías”.
Los adultos, en cambio, se dieron tiempo para descansar y compartir del día con amigos y familia; algunos colgaron a la sombra de los cocoteros sus hamacas y otros más compartieron una amena charla. Llegada la hora de la comida y una vez que el hambre se dejó sentir, para seguir disfrutando holgadamente varios optaron por degustar de un sabroso pollito asado.
Para cerrar con broche de oro el día, muchos disfrutaron de darse un chapuzón entre las olas, para lo que iban bien equipados con sus salvavidas y trajes de baño, mismos que dejaron a la vista esculturales figuras que amenizaban a la perfección con la paradisíaca vista que ofrecen los paisajes de la Isla.
(Texto: Diana Bravo / Fotos: Ignacio Morales)