Eudaldo Chávez Molina
El mayor desafío que enfrenta México en la antesala de la Cuarta Transformación es combatir la violencia y la impunidad y superar la herencia autoritaria de los gobiernos prianistas. La prensa acomodaticia convertida en la servidumbre de los gobiernos ilegítimos va siendo cosa del pasado. Con el gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador se rompió el esquema del gobierno con la prensa vendida, las relaciones inmorales del círculo elitista del Gobierno Federal con los medios de comunicación aliada al ocultamiento de la información corrompió las entrañas de la libertad de expresión.
Prensa libre fue un mito en los gobiernos prianistas, una forma de complicidad oficial donde los enjuagues se daban a golpe de moches millonarios. Hoy la prensa “fifí” sufre de desnutrición económica, pues no tienen las inyecciones millonarias de presupuesto como dádivas para silenciar voces libres y tergiversar la verdad para proteger a los gobiernos de la mafia del poder.
En estos seis meses y días que han transcurrido de la Cuarta Transformación los medios de comunicación acostumbrados a los moches se encuentran indignados, orquestando campañas de desprestigio en contra del Presidente de la República. Porque si no tienen el patrocinio de la fuente gubernamental como en el pasado, si tienen flujos de dinero de los empresarios a los que se les cortó la fuente inmoral de sus ingresos.
La mejor forma de garantizar la libertad de expresión que ha implementado el Presidente de la República, es por medio de las conferencias de prensa de cada mañana, es en ese foro abierto donde convergen y se desbordan todas las expresiones libres, a veces excedidas, pero es que la libertad es el fluir de las ideas sin ataduras, y es mejor el exceso que la censura.
En estas conferencias de la mañana, se han puesto a la luz infinidad de actos de corrupción que se acumularon en casi un siglo de gobiernos ilegítimos, que incluyeron la docena trágica del prianismo. Cuanto estiércol se ha levantado en estos primeros meses de iniciada la Cuarta Transformación, antes guardadas en el silencio de la prensa cómplice.
Es ahora cuando se empieza a entender la razón de que el sistema putrefacto del prianismo se haya opuesto en cada elección fraudulenta a que se les rompiera el negocio de la danza de los millones en cada dependencia federal y en cada gobierno estatal, que al final de todo son las redes de complicidades del Gobierno Federal.
Para seguir conservando sus cuota de poder y su feudo económico, ante la derrota electoral que sufrieron escandalosamente y por amplio margen que ni el fraude pudo detener ante la avalancha de la indignación social, hasta integraron el sindicato de gobernadores que es un instrumento para chantajear al Gobierno Federal de la Cuarta Transformación.
Nuevos tiempos
Medios nacionales como Televisa, TV Azteca, Imagen, Milenio, Reforma, etc., que fueron aliados de un sistema corrupto, teniendo como texto servidores oficiales a plumas vendidas, hoy son los mismos que apuntan hacia el gobierno de la Cuarta Transformación debido a que ya no reciben prebendas y canonjías, ni pagos inmorales para alabar al gobierno.
En la Cuarta Transformación la libertad de prensa en México vive nuevos tiempos, es el nuevo amanecer de la palabra libre. Aunque esta libertad no se viva en todos los Estados, en Entidades aldeanas como Campeche el ambiente es más limitado y la prensa se autocensura por consigna, pues los que han logrado mantenerse vigentes es gracias a la inversión de millonario presupuesto proveniente del Gobierno del Estado.
Bastaría con echar una mirada al acto del premio oficial de periodismo, fue un acto de autoelogio, donde el Gobernador premió a sus aliados, a los que en sus columnas se dedican a atacar al Gobierno Federal con tal de ocultar la tragedia de la corrupción que se vive en Campeche. Con mirar la lista de premiados se darán cuenta hasta qué grado es libre la prensa en Campeche, cuando televisoras oficialistas recibieron sus moches por servir al gobierno y echar mentiras al pueblo.
Los desafíos para el ejercicio de la libertad de expresión en México están vinculados principalmente a dos factores estructurales y complejos: la crisis de seguridad que dejaron los malos gobiernos prianistas, que afectaron gravemente a los derechos humanos en diversas regiones del país y la transición, aún inconclusa, de formas de gobierno autoritarias a un sistema democrático de derecho que garantice el control social de los distintos niveles de gobierno, a través del Estado de Derecho, la libertad de expresión y de la prensa.
Al tiempo de ocuparnos de los problemas, también es necesario destacar el extraordinario papel de la sociedad civil, la academia y también de actores judiciales y políticos, que han empujado para conseguir reformas institucionales, cambios legislativos y decisiones judiciales que permitieron avances notorios en materia de acceso a la información pública, despenalización de los delitos que criminalizan expresiones sobre asuntos de interés público, la reforma del sector de medios audiovisuales y la búsqueda de mayor transparencia en la relación entre el Estado y los medios de comunicación, esto último algo que se logró parcialmente.
En general, estos cambios se encuentran en línea con los estándares del sistema interamericano, por lo tanto México tiene por delante varios desafíos, pero no comienza de cero porque la Cuarta Transformación avanza.
Garantizar la libertad de expresión
Consolidar los avances en las instituciones que garantizan el ejercicio de las libertades fundamentales es, a la vez, un imperativo y un desafío que enfrenta México en esta etapa, marcada por una rotación democrática de los partidos en el gobierno y las demandas de la ciudadanía por un mejor funcionamiento de las instituciones de acceso a la justicia frente a la crisis de derechos humanos y la impunidad. También es indispensable fortalecer los mecanismos de protección de periodistas y la lucha contra la impunidad de los crímenes deliberados contra periodistas y comunicadores que son libres pensadores y que forman parte del personal de los medios al servicio de la mafia del poder.
Violencia, impunidad y libertad de expresión
Derivado de los nefastos gobiernos del Prian, México atraviesa una profunda crisis de seguridad que afecta gravemente los derechos humanos de su población. Uno de los aspectos centrales de la crisis es el debilitamiento del Estado de derecho y la gobernabilidad a nivel local que se ha extendido en el país, que facilita y, al mismo tiempo, se ve exacerbada por homicidios, desapariciones y torturas.
Aunque el padecimiento es extendido, a menudo los hechos de violencia se han dirigido a quienes son más indispensables para dar a conocer la situación de conflicto e inseguridad, corrupción y criminalidad: los periodistas. Se trata de violencia que busca sofocar el debate público y la participación cívica, que constituye un ataque general a la esencia de la vida democrática en México a nivel local, estatal y nacional y que se está combatiendo en el gobierno de la Cuarta Transformación.
Las elevadas y dolorosas cifras representan una enorme pérdida para el periodismo y la democracia mexicana. El saldo es aún más preocupante si se tiene en cuenta que más del 95% de estos abominables crímenes permanecen impunes, sin que hayan sido identificados ni castigados sus responsables. Incluso hoy, esta tenaza conformada por la violencia y la impunidad, constituye la amenaza más directa y significativa a la libertad de expresión en México.
Respecto a este tema tan complejo, a nivel federal es recomendable derogar la Ley sobre Delitos de Imprenta de 1917 y reformar los códigos penales de las Entidades Federativas a fin de eliminar delitos que se apliquen para criminalizar la libertad de expresión, y abstenerse de usar otras disposiciones del derecho penal para castigar el ejercicio legítimo de la libertad de expresión.
En forma simultánea, reformar los códigos civiles de las Entidades Federativas para garantizar la protección del honor a través de procedimientos civiles, estipulando límites y criterios de proporcionalidad para las sanciones, conforme a los estándares internacionales.
En este fluir de la palabra libre, felicito a POR ESTO! porque en sus páginas la libertad de expresión no encuentra diques ni censura. Mi agradecimiento por el espacio que me brinda dentro de la pluralidad donde mi libertad florece día a día.
¡Felicidades a todos los periodistas libres!