Con la lectura del santo evangelio según San Mateo (3,13-17), se recordó el misterio del “bautismo” como un sacramento importante entre la grey católica, que se debe cumplir para entrar a formar parte de la comunidad apostólica, pues de acuerdo con la reflexión del pasaje bíblico, este es un rito donde recordamos que el bautismo es algo mucho más profundo y por eso sería bueno que recuperásemos ese significado en nuestra vida cristiana.
De acuerdo con el Obispo de Campeche, Francisco González González, lo que hoy inicia sigue siendo algo importante para los feligreses, aunque en muchas ocasiones sólo se vea como “echar un poco de agua” sobre la cabeza del recién nacido, pues al principio de la historia del cristianismo era sumergirse completamente en el agua con importante significado.
El agua es el principio de la muerte, pero también es principio de vida, por lo cual el bautismo tiene un significado básico e importante, porque expresa la muerte y la resurrección de una persona, por lo que quien se bautiza muere a una vida y al salir del agua comienza una nueva.
“Por eso, la tradición cristiana hizo que en el bautismo se impusiera un nuevo nombre a la persona, la nueva vida requería un nuevo nombre, por eso es importante el sacramento para poder formar parte de la gran familia del catolicismo y de la Iglesia dirigida por Dios”, comentó.
Para la feligresía el bautizo los debe hacer obedientes a la voz de Dios y deben hacer el bien para su gloria, así como el ángel le dijo a la Virgen su vocación de bautismo a través del mensaje que el Señor le hizo llegar al llamarla “llena eres de gracia”, porque allá está el secreto de cumplir las promesas bautismales.
Lectura dominical en Catedral
La lectura dominical correspondiente al santo evangelio según San Mateo, en el versículo 3,13-17, mencionó que en la antigüedad vino Jesús desde Galilea al Jordán y se presentó a Juan para que éste lo bautizara, por lo cual Juan intentó disuadirlo, al decirle que él necesitaba ser bautizado por el Hijo de Dios.
Jesús le contestó que dejara su petición por el momento, porque ahora lo conveniente era que se cumpliera con su bautizo para poder ver como el espíritu santo bajaba del cielo y se posaba sobre El.
“Entonces Juan se lo permitió, por lo que apenas se bautizó Jesús salió del agua y se abrieron los cielos y vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre El. De inmediato se escuchó una voz de los cielos que decía que el bautizado era su Hijo amado, en quien se complacía por haberle dado el sacramento”, leyeron.
(Jorge Chan)