Campeche

Habitantes del ejido Altamira de Zináparo piden destitución de la comisaria

Pobladores acusan a la comisaria María del Refugio Pardiño de la Cruz de proteger la venta clandestina de alcohol en la comunidad.
Seis ejidatarios dialogaron con el alcalde. Foto: Joaquín Guevara.

Más de 80 habitantes del ejido Altamira de Zináparo cerraron los tres accesos del Palacio Municipal, para exigirle al edil Rodolfo Bautista Puc, la destitución de su comisaria María del Refugio Pardiño de la Cruz, ya que la acusan de proteger la venta clandestina de alcohol y de no apoyar a la comunidad.

Los pobladores de Altamira cumplieron sus amenazas de que acudirían al Ayuntamiento de Escárcega a pedir un diálogo con el alcalde Bautista Puc, para exigir la destitución de Pardiño de la Cruz, ya que la denuncian por malos manejos de recursos y de fomentar el alcoholismo en la comunidad, al solapar los “clandestinos”.

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Al llegar a inmueble municipal pidieron hablar con el funcionario, pero en esos momentos supuestamente no se encontraba en ese lugar, por lo que fueron atendidos por el encargado de Gobernación, Aurelio Ocampo Cabañas, quien les pidió formar una comitiva representativa y subieran a la sala de cabildo y que ahí serian atendidos por otras autoridades.

Los pobladores no aceptaron y empezaron a gritar consignas contra el presidente municipal, en las que lo culpaban de encubrir a la comisaria, ya que les había prometido darle una inmediata solución a este problema y nunca lo hizo.

Los manifestantes salieron del edificio, pero cerraron los tres accesos al recinto, lo que provocó que los empleados municipales se quedaran encerrados; además, la turba cortó el suministro de energía eléctrica y manipularon el medidor hasta quemarlo.

Para aumentar la presión, tomaron también las instalaciones de Catastro Municipal, donde no permitieron la evacuación de los empleados y mantuvieron cerradas las puertas.

Fue después de más de tres horas que un empleado de ese lugar les comunicó que el presidente acababa de llegar y que formaran una comitiva.

A la oficina entraron seis ejidatarios, quienes tuvieron una reunión que duró una hora; posteriormente, la comitiva salió a notificar a los habitantes de los acuerdos tomados, aunque dichas noticias no tuvieron buena recepción por los inconformes, ya que tendrían que esperar la resolución, por lo que optaron por retirarse del lugar.

Por Joaquín Guevara