Los artesanos urbanos de pulseras y collares hechos de piedras y minerales afirman que debido a la contingencia sanitaria que acarreó una económica, los ha llevado a ganar apenas lo suficiente para comer.
Los artesanos Shamily Osorio y Gilberto Zayas, conocido como “el abuelo Gil”, afirmaron que durante la etapa de resguardo sanitario por la pandemia de Covid-19 retiraron su establecimiento del centro de la ciudad por motivos de prevención, además de que” el abuelo Gil” pertenece al grupo de mayor riesgo de contagio por ser de la tercera edad. Debido a esto sus ingresos económicos bajaron.
En este sentido, Shamily que es joven, tuvo que salir a las calles a vender la mercancía que ambos fabrican para vender y subsistir. Tuvo que tocar las puertas de la casa y ofrecer sus artículos sin embargo muchas personas no les abrían.
“Había días donde solo se vendían de 300 a 100 pesos, pero había días donde no se vendía nada”, detalló la joven.
El vendedor agregó que con el paso a color verde en el semáforos de riesgo, pudo regresar a su lugar de venta, no obstante, las ventas no se recuperan y el dinero que ingresa es únicamente alcanza para recuperar el dinero invertido en material para sus creaciones y para cubrir sus alimentos y sus pasajes, por lo que se limitan para cubrir otras necesidades básicas.
“Nada más le das vuelta al dinero, lo que queda de ganancia lo consumes en pasajes y e comida, para que puedas tener un guardadito está difícil”, dijo Gilberto.
El comerciante mencionó que semanalmente llega a invertir en insumos para sus pulseras y collares alrededor de dos mil pesos y vende diariamente de 200 a 300 pesos, en ocasiones hasta 500 pesos pero en algunas otras, no se vende nada.
Pese a lo anterior, agradeció la presencia de clientes y amigos que no los han dejado solos pues valoran el trabajo que realizan, trabajan con piedras como ámbar, cuarzos, jade y realizan tejidos entre otros productos, todos los realizan totalmente de manera manual.
Estos creadores afirmaron que nunca recibieron apoyo de parte de alguna instancia pública por ejemplo en la entrega de despensas, que servirían como ahorro económico.
Por Juan García