La comunidad de Chemblás se encuentra incomunicada, bajo el agua y sin energía eléctrica desde hace 3 días; las corrientes de agua procedentes de las partes altas de la entidad desembocaron en el riachuelo denominado Río Verde y generaron que 30 personas fueran evacuadas y trasladadas al albergue habilitado en dicho lugar.
Afortunadamente, la mañana de ayer llegaron víveres e insumos básicos y colchonetas.
Las primeras filtraciones se presentaron el pasado lunes, cuando la Tormenta Tropical “Gamma” recorrió la costa campechana.
Sin embargo, en menos de 48 horas las corrientes incrementaron al grado de hacer colapsar los acotamientos laterales del afluente y causar inundaciones en la localidad, que en cuestión de minutos fue víctima de la entrada del agua que produjo el hundimiento de viviendas.
Al notarlo, los pobladores cortaron ramas y colocaron una cuerda desde la entrada al pueblo hasta la parte más alta de la carretera, para determinar el espacio por donde se podría transitar. En primera instancia, los lugareños ingresaban con apoyo de camionetas, luego con unidades de volteo y posteriormente con embarcaciones.
En el transcurso del martes el agua ya alcanzaba el metro de altura y a las primeras horas de ayer, el metro y medio, lo que originó la anegación total de la cinta asfáltica que terminó por volverse intransitable al romperse la superficie.
Las crecidas del riachuelo abarcaron una distancia de 800 metros sobre la carretera, que tuvo que ser cerrada a todo vehículo, lo que dejó a la población sin posibilidad de recibir ninguna clase de ayuda.
Según testigos, incluso visualizaron un par de lagartos, seguramente expulsados por los mismos rebalses.
Apoyo
En las primeras horas de ayer, elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) arribaron al lugar, donde llevaron un bote para trasladar las primeras dotaciones de alimentos y agua embotellada para los damnificados. Desde las orillas, los pobladores se encargaron de transbordar las despensas en camioneta, que a su vez llevaron los paquetes hacia el albergue.
En las caras de las familias la desesperación era evidente; algunos suplicaban que restablezcan la energía eléctrica y otros pedían comida.
Ruth Dzib, una de las madres de familia que de manera organizada realizaba fila, al ver llegar a los soldados no ocultó su alivio.
“Por fin llegó la ayuda”, exclamó.
La mujer explicó que si bien es cierto no todas las casas se inundaron, la población en general sí quedó incomunicada. “No podemos salir, no podemos guardar nada en los refrigeradores, espero que la comida se entregue parejo, alegó”
Por los estragos originados por “Gamma”, la escuela primaria rural fue habilitada como refugio temporal; en su interior estaban colocadas colchonetas e instalada un área de cocina; alimentos e insumos básicos se repartieron a cada familia, así como un espacio donde pudieran resguardarse.
De acuerdo con la presidenta del DIF Municipal, Mónica Fernández, existe la posibilidad de que más familias sean llevadas al albergue, ya que el agua no deja de fluir y el nivel de incrementar.
“Hay aproximadamente 5 familias, unas 30 personas más o menos. Históricamente la gente viene a este inmueble en caso de inundaciones, porque es el lugar más alto de la comunidad; ahora, con las despensas, confiamos en que alcancen hasta que pase todo”, explicó.
Incomunicados
Desde el martes por la noche un cortocircuito provocado por los fuertes vientos dañó el tendido principal que abastece a Chemblás de electricidad, por ese motivo la comunidad permanece en penumbras y por las noches la vuelve un sitio peligroso, ya que la corriente fluvial trae consigo un sinfín de animales y reptiles propios de la región.
Durante su evacuación, Martha, habitante del pueblo, aseguró ver una serpiente que nadaba en el interior de su hogar, por lo que llamó de inmediato a su esposo, quien con un machete logró retirarla, para poner a salvo a su pequeño hijo de 5 años.
“Las lluvias siempre traen animales como arañas, culebras y hasta ratas. Ayer, por ejemplo, vimos un lagarto pasar el puente como a las 6 de la tarde. ¿Se imagina? A esa hora casi no hay luz y cualquiera que se meta puede ser mordido”, externó preocupada.
Ante ello, la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) implementó un operativo de seguridad en el que una decena de elementos resguardaron el lugar y brindaron atención, debido a los robos que se podrían registrar en una comunidad en la que 10% de sus más de 600 habitantes se encuentra en albergues actualmente.
Las horas así pasarán para los habitantes de Chemblás, que no olvidarán este día como uno de los más angustiantes que han vivido y cuyos problemas no terminarán aquí, ya que lo que prosigue será el recuento de daños.
Campeche es históricamente un estado a merced de tormentas y huracanes, y aunque sus experiencias han hecho a la población más sagaz y mucho más preparada para las contingencias climáticas, en ocasiones la fuerza de la naturaleza supera las previsiones y suceden eventos como el de esta pequeña comunidad rural.
Por Jorge Chan