Hasta 30 centavos más cara se encuentra la gasolina en diversas zonas de Ciudad del Carmen; dicha variación se debe a la libre competencia de las distribuidoras, ya que, entre menos gasolineras hay a la redonda, el precio aumenta.
De acuerdo con Omar San Lucas, gerente de la estación Orsan de la avenida Periférica Norte, cada estación puede aumentar o disminuir los precios del combustible de acuerdo con la competencia que tenga su centro de carga, siempre con base en los precios que ordena la Comisión Reguladora de Energía (CRE).
El gerente aseguró que entre más estaciones haya en una zona, los administradores buscan reducir los costos en comparación a la competencia, mientras que una gasolinera que se encuentra más alejada de otras tiene más libertad de modificar sus costos.
En este caso, se analizaron los precios de cuatro sitios, dos sucursales diferentes de dos empresas y se percibieron diferencias de hasta 30 centavos por litro de gasolina.
En la gasolinera que administra San Lucas, la Magna tiene un costo de 17.84 pesos por litro y la Premium cuesta 17.99; de las cuatro distribuidoras observadas, es esta la que tiene los valores más económicos.
A esta le sigue la estación La Gas ubicada a un costado, en la misma arteria, que vende la magna en 17.94 y la Premium en 18.09 pesos, 10 centavos más cara, pese a encontrarse a unos metros de distancia.
Por otro lado, la sucursal de Orsan de la avenida Central, ofrece la Magna en 18.09 pesos, pero vende más barata la Premium, cuyo valor es de 18.04 pesos; de acuerdo con San Lucas, esto se debe a que en ocasiones no se logra vender la de tipo Premium, por lo que reducen su costo.
Por último, la franquicia de La Gas que se encuentra en la avenida Isla de Tris es la que tiene los precios más elevados de las cuatro comparadas; la Magna aquí tiene un costo de 18.14 pesos y la Premium 18.19, es decir, 30 centavos más que en la primera.
En octubre, el precio promedio en Campeche fue de 19.21 para la gasolina Magna, mientras que el del combustible Premium fue de 19.52, de acuerdo con la CRE.
Por Juan García
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