Las comercializadoras de carnes del estado de Michoacán, son las acaparan y fijan los precios de los becerros que se producen en la Península de Atasta, animales que pesan entre 200 a 250 kilogramos, compradores que pagan a 40 y 45 pesos por cada kilo de ternero, debido a la crisis provocada por pandemia de COVID-19, así como la pérdida de peso ante la falta de alimento por las inundaciones de los campos ocasionadas por las lluvias y alza de marea de los frentes fríos.
El productor de Atasta Pueblo, Fernando Enrique Jiménez señaló que los compradores de los becerros bajaron los precios de los animales, porque anteriormente pagaban por kilo de animal hasta 75 pesos, sin embargo, el cierre de mercados por la crisis sanitaria los acaparadores de terneros bajaron el costo del semoviente destetado, así como por la pérdida de peso ante la falta de alimento.
Explicó que conforme crece el animal los compradores castigan el precio, por ejemplo, los toretes de 400 kilos llegan a ofrecer hasta a 32 pesos el kilo, de tal modo que los productores prefieren vender los terneros pequeños porque tiene más valor, mientras que los ganados viejos o vacas el costo es más bajo en el mercado, estos últimos son animales que se comercializan en el mercado local.
Urge apoyo
Por otra parte, Enrique Jiménez mencionó que los gobiernos tienen marginados desde hace varios años a los productores ganaderos de la Península de Atasta, pues no llegan los programas de apoyos y cuando se les otorga no todos salen beneficiados, por ejemplo, en las pasadas inundaciones de las contingencias por fenómenos naturales, el gobierno estatal a través de la Secretaría de Desarrollo Rural (SDR), entregó 34 toneladas de silo a un grupo de 20 ganaderos de la región de Atasta.
“Sin embargo, los productores tuvieron que pagar 500 pesos por cada tonelada de alimento por el transporte de la ciudad de Campeche a la Península de Atasta, lo que significa que el apoyo no fue al 100%”, aseguró.
Indicó que en cuanto a apoyos para desastres por inundaciones el gobierno federal por medio de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) hasta el momento no han visto apoyos, porque varios programas fueron suspendidos y eso agrava la situación de los ganaderos que se ven afectados en contingencias naturales.
Por Fernando Kantún