Campeche

Don Manuel, 26 años de bolear zapatos en el mercado de Campeche

A sus 75 años de edad, y a pesar de la contingencia sanitaria, Don Manuel sigue lustrando los zapatos de propios y extraños.
Foto: Alan Gómez

A sus 75 años, Manuel Jesús Soberanis Méndez ha dedicado los últimos 26 años de su vida a bolear zapatos.

Integrante de la Unión de Boleros del Mercado “Pedro Sainz de Baranda”, manifiesta que le ha dado para vivir, aunque recientemente a consecuencia de la pandemia “a veces sólo sale para los frijoles”.

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De complexión delgada, revela que hace ocho años le dio un cuadro de diabetes que lo tuvo postrado en cama y durante casi tres meses no trabajó; sin embargo, tras reponerse y conseguir tratamiento no ha dejado de trabajar, a excepción de los días en donde se cerró el principal centro de abasto por COVID-19.

Sitio de trabajo

El área de los boleros, como se conoce popularmente al sitio en donde se ubican, se encuentra en la esquina del Circuito Baluartes con calle Costa Rica.

Actualmente sólo cuatro boleros acuden a trabajar al lugar, de los 17 que integran la agrupación, y de ellos sólo dos laboran diario, ya que los demás consiguieron empleo en otra actividad y sólo asisten en sus tiempos libres.

De 7:30 de la mañana hasta las 14:00 horas se lo puede encontrar en el área de boleros; antes de la pandemia iba a su casa y regresaba en la tarde para seguir con su oficio.

Cuando eso ocurría boleaba de 10 a 12 zapatos; ahora son cinco o seis. Este día, por lo menos, dos clientes se sentaron en la silla donde atiende.

Hay clientes, explica, que durante estos años han acudido a que les limpie los zapatos, vienen con regularidad; aunque recientemente falleció un abogado que fue su cliente durante décadas.

Destaca que muy pocas mujeres solicitan sus servicios; pero "una o dos que ocasionalmente regresan a que se les limpie sus zapatillas".

En cuanto a las edades de las personas, las hay desde jóvenes hasta ancianos; a todos se los atiende por igual, especificó.

El ajetreo en el mercado principal no para: el ir y venir de los transeúntes y de quienes acuden a comprar, junto con los que van de paso es constante. Gran número de ciudadanos esperan el transporte urbano en este punto, que es paradero de rutas como Minas-Malagón.

Mientras, “20 Rosas” de los Ángeles Azules se escucha por el altavoz de uno de los puestos cercanos, Manuel Jesús profundiza que antes de ser bolero, a partir de los 15 años ingresó en el cultivo de los árboles frutales, en el poblado de IMI, donde levantaba hasta 100 mecates de naranja, mandarina, zapote, mango, entre otros productos.

A los 18 lo dieron de alta en el Seguro Social, hasta que se jubiló y logró su pensión. En este lapso se incorporó a la Unión de Boleros, con aproximadamente 49 años, por lo que ya tiene 26 años de estar en la actividad.

Casado con Abigail Rodríguez, con quien procreo 3 hijos (dos hombres y una mujer), todos ya también formaron su hogar.

De su estancia en la agrupación revela ya que vio fallecer a los 17 fundadores de la Unión de Boleros, el último recientemente, hace tres meses. Y de los diez restantes, sólo cuatro vienen regularmente, como dijo, y de ellos, sólo él y otro compañero que tiene 17 años de haber ingresado son quienes acuden.

Humilde Navidad

Actualmente todos aportan 50 pesos mensuales, que a fin de año se divide entre ellos; de esta cantidad 40 pesos se reparten y 10 pesos quedan para reparaciones del área como son la reposición de lámparas o la compra de adornos.

Los 40 pesos, considera, es una especie de aguinaldo que reciben para Navidad. Insiste en el impacto que ocasionó el COVID-19 al señalar los cajones vacíos que se pueden observar mientras laboran él y su compañero.

Oriundo de Santa Lucía, “de Las Guayas”, asienta, y recuerda la canción de José “Pepé” Narváez Márquez: “Y ese de Santa Lucía, laborioso y muy cabal”. Soberanis Méndez continúa en la boleada, laborioso y sin duda cabal. 

Por Wilbert Casanova