La pesca furtiva se ha convertido en una de las principales actividades que han afectado por años la flora y fauna del río Candelaria, considerado como uno de los más caudalosos de todo México, pero lamentablemente ante la falta de vigilancia la depredación por pescadores continúa cerca de las diversas comunidades que convergen con el afluente, dijo el presidente de la cooperativa “Amanecer Despierto”, Lucio López Flores.
Preciso que la pesca es una de las actividades más antiguas de la región, pero que principalmente se ha manifestado casi exclusivamente en el mercado local y uso doméstico, pues cada comunidad ubicada en las márgenes, como Venustiano Carranza, Francisco J. Mujica, Las Delicias, Los Cuervos, El Chilar, El Tigre, Luinal, Monclova, Estado de México, Pedro Baranda, Miguel Hidalgo, Pedregal, San Rafael, Santa Lucia, Pablo Torres Burgos y Las Palomas, cuenta con ribereños que se dedican a esta actividad, pero de manera ilícita al no contar con permisos temporales de explotación y sin respetar los volúmenes factibles a explotar.
Es por ello, que mencionó que la Secretaría de Pesca y Acuacultura del Gobierno del Estado (Sepesca), debería de tomar acciones pertinentes, ya que existen especies en peligro de extinción que están en riesgo de desaparecer por el saquero del río Candelaria.
Por lo que acusó que la colocación de redes que no cuentan con las medidas reglamentarias en diversas partes del afluente afecta esta actividad, ya además se manifiesta en varias partes del caudal.
Datos de la cuenca
Destacó que la región está integrada por al sistema hidrológico Grijalva-Usumacinta y comprende la corriente del río Candelaria que nace en el área del Petén guatemalteco y desemboca en Boca Pargos en la Laguna de Términos, y que comprenden una serie de saltos, dentro de los cuales destacan por su importancia Salto del Muerto, Salto Grande y Salto del Toro.
Por lo que dijo que el río Candelaria es de Centroamérica que fluye desde Guatemala mejor conocido como San Pedro, hacia nuestro estado y tiene una longitud de unos 402 kilómetros que drena una cuenca de nueve mil 228 kilómetros cuadrados, mismos que son navegables, pero principalmente para embarcaciones pequeñas.
Indicó que el comercio marítimo actualmente no existe, pues años atrás se contaba con una embarcación que era el transporte de los habitantes de las diversas comunidades, por lo que mayormente predomina la actividad pesquera en todo lo largo y ancho del afluente hasta su desembocadura.
López Flores precisó que desarrolla principalmente desde Salto Grande hasta la comunidad Pedregal, pero en la zona de Pablo Torres Burgos no se explota debido a que la tienen considerada como zona de reproducción de especies.
Y desde Salto Grande hasta el lago y barra Panlau, que desagua en laguna de Términos, pescadores de Aguacatal, Isla Aguada y Ciudad del Carmen son los que explotan mayormente esta zona, que desemboca en la laguna de términos.
Agregó que la depredación es uno de los factores que los afecta como cooperativas y que acaba con la flora y fauna al ponerla en peligro de extinción junto con especies nativas, además de afectar la actividad pesquera.
En relación a la creciente del río Candelaria por las constantes lluvias, mencionó que por el momento la actividad pesquera esta baja, por lo que no se aprovecha al máximo la temporada del robalo que comprende del mes de agosto hasta el mes de diciembre.
Por Emmanuel Pérez