Tras 33 días de contingencia por el desbordamiento de los ríos Palizada y Usumacinta, el Consejo Municipal de Protección Civil determinó levantar la sesión permanente que inició el ll de noviembre.
El Palizada se ubicó ayer en 5.46 metros sobre el nivel del mar (msnm) con una clara tendencia a la baja, en tanto que el Usumacinta también decrece y se sitúa en 17.64 msnm con un desfogue de cuatro mil 212 metros cúbicos.
De acuerdo con lo señalado por la Secretaría de Protección Civil de Campeche (Seproci), los campos comunales estarán libres de agua de seguir el descenso.
El caudal alcanzó su máximo nivel de este año que lo ubicó en 5.86 msnm, tan sólo cuatro centímetros de su máximo histórico del 2011, el 1 de diciembre, y en los subsecuentes días se ha reducido.
Dentro de las acciones que se dieron, se efectuó primero la contención de bordos que ponían en riesgo la carretera, y que podían dejar incomunicado al municipio; le siguió la contención y desalojo de agua de la zona urbana y posteriormente se llevó a cabo la inspección y contención de bordos en la parte del río Usumacinta en los ranchos de San Román, San Francisco, Morelia, San Bartolo, Santa Elena y Los Almendros, y las comunidades que son bañadas por el Palizada desde Mariche hasta Ribera Gómez, que comprende la zona urbana, así como las calles Alonso Abreu y Prolongación Zaragoza, que son tocadas por el río Viejo que también se desbordó.
Lo mismo sucedió con comunidades y habitacionales aledañas a los campos y que al inundarse sufrieron afectaciones, en todas estas acciones se utilizaron alrededor de 33 mil costales y 875 metros cúbicos de arena.
Se habilitaron dos refugios, uno en el plantel del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Campeche (Cecytec) y otro en el Comisariado Ejidal de Santa Isabel, en total se atendieron a 11 adultos y dos menores de edad, aunque fueron más los afectados, quienes se negaron a dejar sus hogares.
Sin clases
No existen condiciones para el regreso a clases presenciales al iniciar el próximo año, señaló la supervisora de la Zona Escolar 034, Aurelia del Carmen Pérez Morales, quien añadió que en el caso del municipio la mayoría de las escuelas tuvieron afectaciones en diversos grados por la inundación, sobre todo aquellas que se encuentran en los márgenes del río o cercanas a los campos.
“En el municipio se tienen dos problemas, el primero es del coronavirus, y aunque el estado de Campeche se encuentra en el Semáforo Epidemiológico Verde, padres de familia consideran que todavía no es momento de retornar a las aulas, incluso con las medidas sanitarias”, explicó.
Sin embargo, dijo que corresponderá a las dependencias de salud como a las educativas en conjunto tomar esta decisión; el personal docente se encuentra a la espera de las indicaciones que se les puedan dar.
Por lo pronto -dijo- continúan con su trabajo de enseñanza-aprendizaje a través de las herramientas tecnológicas y en el caso de comunidades, con cuadernillos, lo que les permite avanzar de acuerdo con lo que establece el programa educativo.
Sostuvo que en el municipio la situación es aún más complicada, pues además de la pandemia se tiene el problema de las anegaciones que afectó a los planteles en donde el nivel del agua anegó patios y salones.
Las instituciones con más afectaciones son la de Lagón Dulce, Porvenir y Toza que incluso presentaron lodo y perdieron parte de sus áreas verdes.
Pérdidas en ordeña
Debido principalmente a las anegaciones en terrenos de pastoreo, se afectó la producción de leche en el municipio, señaló el productor Francisco Cabrales Díaz, quien aseguró que este problema continuará, ya que mientras no se tenga alimentación suficiente para el ganado, el sector no podrá regresar a la actividad, se estima que el retorno a las labores ocurrirá a mediados o finales de febrero próximo.
“Los poco más de tres mil litros que cada tercer día entregaban a un comprador foráneo del estado de Tabasco, los propietarios en la zona de Alamilla, Santa Isabel, San Juan y Plan del Carmen resienten pérdidas, ya que este recurso que les servía para solventar gastos de su hato, por lo que se ven obligados a vender a sus animales”, detalló.
A pesar de que algunos dueños de vacas decidieron aguantar, la ordeña se detuvo debido a la creciente; algunos movilizaron su ganado a otras zonas pero sin alimentarlo, porque no hay pastura en estos momentos.
Indicó que los tres grupos que entregan por su cuenta leche fría, depositan el lácteo en tanques de enfriamiento para que la camioneta pase a recoger el producto cada tercer día; incluso fueron afectados productores que son parte del padrón de Liconsa.