Se mantiene la pesadilla en el sector ganadero, los campos siguen con agua, los terrenos alquilados donde fue llevado el hato no tienen pasto, y los animales se mueren, afirmaron Martha Arcos Hernández y Alberto Hernández, quienes señalaron que es desesperante ver como el patrimonio adquirido con tanto esfuerzo se ha empezado a esfumar ante las condiciones adversas que dejó la inundación.
Reconocieron que el apoyo que ha enviado el Gobierno del estado a través de la Secretaría de Desarrollo Rural (SDR), les ha servido, pero es un paliativo debido a que con lo que han podido comprar, solo les permite medio alimentar a sus animales.
Señalaron que lo peor de esta situación es que los campos no bajan aún y ya entró la temporada de frío, lo que provoca que los animales que están bajos de peso por la falta de alimentación se enfermen fácilmente, lo que provocará que se duplique o triplique la cifra de animales muertos.
“Es urgente que el respaldo del gobierno llegue para hacer frente a esta crisis, por el momento hay que buscar salvar el mayor número de animales posibles, posteriormente, deben buscar las alternativas que permitan reactivar la economía del sector”, externaron.
Expresaron que será alarmante cuando se haga un recuento de los daños después de la inundación, más al dar a conocer el número de animales que murieron por esta inundación, como la que se recuerda de 1979 donde el hato disminuyó en casi un 50 por ciento por estas causas.