Jorge Luis Mejía Fuente Villa, responsable del programa contra la lepra de la Jurisdicción Sanitaria número 2, que comprenden los municipios de Calakmul, Candelaria y Escárcega, dijo que ante el resurgimiento de la enfermedad se realizan pesquisas en las actividades de detención orientadas a la población más expuesta.
El examen de las personas con mayor riesgo, como los familiares y otros convivientes intradomiciliarios, está plenamente justificado y se logra con una adecuada educación para la salud.
Indicó que por motivos de confidencialidad, los compañeros de trabajo y vecinos, no pueden ser incluidos en pesquisas mediante actividades de examen de contacto, por lo que para ellos se establece la búsqueda a través de otros mecanismos precedidos por campañas de promoción dirigidas a población abierta y a grupos organizados.
Entre estos métodos se encuentra la oferta de consulta especializada, programada periódicamente con el apoyo de especialistas o personal jurisdiccional, y el examen a pacientes dermatológicos en la consulta en general y mediante encuestas de morbilidad.
Comentó que la mayoría de contagiados de lepra son personas que conviven o han convivido con un enfermo en los últimos cinco años, antes de la fecha de inicio de esta enfermedad y hasta la fecha del diagnóstico, sean o no familiares, pero que tuvieron acercamiento con los más expuestos al riesgo de adquirir la infección.
La convivencia estrecha de un contacto, aunado a sus características hereditarias, genera mayor probabilidad de desarrollar la enfermedad y es importante destacar a aquellos que han convivido con un caso multibacilar, quienes son los que expulsan al ambiente bacilos viables.
Por esta razón, todo caso de lepra debe ser examinado con metodología dermatológica, como parte del estudio epidemiológico del caso y deben recibir los medicamentos en la unidad de salud; además, los expuestos deben ser examinados cada seis meses o por lo menos una vez al año.
Por Joaquín Guevara