Síguenos

Última hora

Obispo de Campeche llama a colaborar para que vuelva la paz

Campeche

'El Charras”, compromiso con el sindicalismo

Los cambios en la administración pública federal, si bien han beneficiado a los sindicatos de los diferentes sectores, hubo un tiempo en el que no fue así, que todo servía a un poder rotundamente impuesto por el capital y los poderes fácticos, de ahí surgió Efraín Calderón Lara “El Charras”, nacido en Campeche y quien luchó incansablemente por los obreros y campesinos, pero fue asesinado por el Gobierno de Yucatán, dirigido por el Partido Revolucionario Institucional (PRI).

En 1974, un día como hoy, fue hallado el cuerpo de “El Charras”, de cuyo asesinato se sospechó del gobernador de Yucatán, Carlos Loret de Mola Mediz, quien habría dado la orden de su muerte y al que no le interesaba que los sindicalizados se manifestaran en su contra y las disposiciones del partido tricolor sobre las necesidades de los trabajadores.

Actualmente son varias las voces que recuerdan a este inolvidable luchador, porque es de recordar que sigue sin esclarecerse lo sucedido: luego del secuestro Calderón Lara no volvió a aparecer y las autoridades guardaron silencio ante esto, tanto así que los obreros y estudiantes salieron a reclamar justicia.

Un chenero valiosísimo

El titular de la dirección de difusión cultural de la Universidad Autónoma de Campeche (UAC) y poeta campechano, Manuel Pino Castilla, reconoció en “El Charras” a un chenero valiosísimo para la historia de las luchas sindicales.

“Me parece que su muerte fue algo terrible; todo mundo sabe qué ocurrió desde el punto de vista político, pero que tenemos que recordar, porque El Charras es un campechano, un chenero, como dicen los cheneros, valiosísimo para la historia de las luchas sindicales en México”, expresó.

Pino Castilla mencionó que Efraín Calderón Lara fue un gran luchador social, un hombre muy comprometido con los sindicatos, con el laborismo en Yucatán, incomprendido completamente para su tiempo y para su época, cuando fue necesario reorganizar a los trabajadores y darles una cohesión y un sentido a las organizaciones sindicales de ese momento, como lo estaba haciendo él.

Argumentó que es necesario no olvidar que la única manera que tiene la gente y los trabajadores para enfrentar al gran capital es la organización y “El Charras” lo estaba haciendo muy bien, porque trastocó los intereses del gran capital de Yucatán y fue por ello que lo mandaron a asesinar.

“Estamos obligados de hacer este recordatorio y que la memoria no desfallezca; en México, a veces no tenemos memoria para muchas cosas, en este sentido, ésta es una gran oportunidad para que la memoria vuelva a nosotros como una manera de repensar el tiempo que estamos viviendo por las nuevas generaciones y lo que significa para los trabajadores”, destacó.

Referente de la lucha democrática

Por su parte, el militante de MORENA e historiador, Héctor Malavé Gamboa, declaró que Efraín Calderón Lara es un referente de la lucha democrática y de los trabajadores de la península de Yucatán.

“Además de ser un referente para las luchas en la península, es un referente de muchos de los que militamos en MORENA, debido a que algunos nos consideramos continuadores de su lucha”, precisó.

Malavé Gamboa externó que el asesinato de Calderón Lara fue una victoria política de la seguridad nacional del país, porque fue el priismo el que desde Palacio Nacional y, vinculado con la CIA, decidió tal acto de barbarie.

“El Charras” –subrayó- es descendiente ideológico de Felipe Carrillo Puerto, pero como luchador social fue acabado como en otras ocasiones el sistema en el poder lo hizo durante su gobierno.

“Calderón Lara es descendiente ideológico directo de Felipe Carrillo Puerto. En la guerra de castas fueron reprimidos por Porfirio Díaz; Felipe Carrillo Puerto, por la contrarrevolución huertista, y Efraín Calderón, por el PRI de la política de la seguridad nacional”, puntualizó.

UADY reconoce su lucha

En la historia de la Escuela Preparatoria Uno de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), los universitarios reconocen la labor del luchador social de los 70’s, tanto así que fueron los primeros en manifestarse tras su lamentable asesinato.

“El 14 de febrero de 1974, el Br. Efraín Calderón Lara, estudiante de la Escuela de Jurisprudencia y asesor de varios sindicatos de trabajadores (entre ellos el de Trabajadores Administrativos de la Universidad de Yucatán), fue secuestrado. Los estudiantes paralizaron las actividades universitarias en protesta y el edificio central de la Universidad fue baleado por los elementos de Seguridad Pública. Todo Yucatán se indignó cuando se descubrió el cadáver del líder sindical secuestrado”, aseveró.

En el texto de la página oficial de la institución exclamó que las protestas estudiantiles subieron de tono; los estudiantes sacaron sillas, suspendieron el tránsito vehicular, quemaron llantas y proclamaron la huelga indefinida en protesta por el artero asesinato; por lo que el 18 de febrero el Consejo Universitario apoyó el movimiento de huelga. Del 15 de febrero al 15 de abril de 1974, hubo paros de labores en la Universidad de Yucatán.

Valoración en la academia

En la tesis “Resistencia popular en Yucatán 1980-2004”, del doctor Mauricio Macossay Vallado, específicamente en el capítulo “El sindicalismo independiente yucateco”, éste comenta que el sindicalismo independiente en Yucatán, de larga y rica historia, fue un factor importante en la resistencia popular y en la lucha sindical.

“En los setenta había surgido una nueva camada de sindicatos independientes, que habían dado importantes batallas. Movimiento sindical insurgente cuyo abogado y asesor legal y político principal Efraín Calderón Lara ‘El Charras” fue asesinado en febrero de 1974, cuando el gobierno de Loret de Mola”, detalla.

Subraya que a pesar del asesinato del abogado asesor y de la represión contra los dirigentes, asesores y los nacientes sindicatos, se mantuvo cierto auge y flujo en las luchas sindicales hasta fines de los setenta, aunque desgastado y disminuido.

Visión desde la lucha

De igual forma, el Kolectivo “El Rebelde” publicó en el 2011 “Efraín Calderón Lara ¡Presente!”, en el que se reconoce la lucha del dirigente social, quien sobresalió del Frente Estudiantil Popular “Jacinto Canek”.

“En Yucatán fue un grupo de jóvenes estudiantes universitarios, el Frente Estudiantil Popular “Jacinto Canek”, quien se dio a esa tarea y por razones obvias fueron los estudiantes de leyes quienes más se involucraron, distinguiéndose de entre ellos Efraín Calderón Lara ‘El Charras’”.

Explica que fueron meses de luchas intensas en las que se desbordó el malestar político que el Pueblo yucateco sentía al ver el ejido henequenero destruido y los campesinos en la miseria; los salarios que no alcanzaban para nada y la antidemocracia en el quehacer político.

Añadió que el voto popular era una burla y las elecciones un carnaval, por ello con este panorama el Pueblo dio su apoyo a las huelgas y otras formas de lucha que tuvieron que adoptarse ante la cerrazón al diálogo de patrones y gobierno.

“Así que las escuelas de la Universidad fueron el espacio de libertad y, por sus rejas, en patios y canchas deportivas, se guardaron autobuses urbanos para presionar la firma del contrato de los camioneros; en sus aulas y auditorios fue cosa usual que se efectuaran asambleas obreras; sus mimeógrafos sirvieron para decir con miles de volantes lo que la prensa vendida ocultaba y, muchas veces, los pupitres y escritorios fueron barricada”, expuso.

“Centenas de trabajadores en decenas de sindicatos, acompañados por miles de hombres y mujeres, fueron el principio del despertar de un Pueblo que vio y sintió que hacer los cambios sociales estaba en sus manos y que juntos eran una fuerza, incluso contra policías y Ejército. Fueron meses en que todo era posible. Patrones, gobierno y (supuestos) líderes sindicales, corruptos, estaban muy preocupados”, agrega.

La publicación rebelde dijo que el 13 de febrero de 1974, en la noche, secuestraron a Efraín; días después fue encontrado su cadáver con visibles huellas de tortura a 100 metros dentro del monte, a un lado de la carretera que va a Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo.

-Continuó- que sólo la lucha popular, construida con la alianza de estudiantes, obreros, amas de casa, campesinos, hizo posible que el gobierno aceptara que los asesinos habían salido de la Policía del Estado; mas la presión no pudo hacer que se le finquen responsabilidades al gobernador y que aparezcan los asesinos intelectuales, los que dieron la orden de su muerte.

En ese sentido, el asesinato ha quedado impune; 46 años después, la democracia obtenida durante las elecciones del 2018 debe servir para que se acepte el daño hecho a las luchas sociales y en específico al dirigente Efraín Calderón Lara.

(David Burelo)

Siguiente noticia

Dictamen sobre legalización de marihuana no satisface a nadie