El obispo de Campeche, José Francisco González González, anunció que el Viacrucis se realizará sin la presencia de los feligreses, por lo que se transmitirá en vivo. Esta vez se cambia la modalidad para evitar contagios por el coronavirus (COVID-19).
Tras una semana de polémica, tras anunciar que la Iglesia Católica no cancelaría ninguna de las actividades programadas durante la Cuaresma y Semana Santa, monseñor Francisco González, decidió cambiar la modalidad del Viacrucis para evitar las aglomeraciones de fieles y el riesgo de contagios.
“Se buscará una nueva modalidad para no provocar una concentración masiva, siguiendo las recomendaciones de las autoridades para evitar los contagios; así como se continuarán ofreciendo las misas para brindarles una sanación espiritual”, dijo.
La recomendación es que la gente lo vea a través de las diferentes plataformas digitales para evitar la propagación del mal, principalmente entre las personas adultas mayores.
Y aunque han pasado pocos días, la gente ha hecho caso de estas medidas y las están aplicando. Reconoció que “ha disminuido la afluencia de feligreses, pues la gente adulta mayor es la que por lo regular asiste a las iglesias, pero se está cuidando para evitar enfermarse”.
No suspenderán misas hoy
Mientras las dependencias gubernamentales han pospuesto todas las actividades programadas y la mayoría se ha quedado resguardada en sus casas ante la contingencia sanitaria del coronavirus (COVID-19), la Diócesis de Campeche, a través de sus redes sociales, informó los horarios y los lugares en que se estarán llevando a cabo las misas mañana, acatando los protocolos sanitarios y evitando las aglomeraciones de feligreses.
En horarios de 7:00, 9:00, 12:00, 13:00 y 19:30 horas en la Santa Iglesia Catedral; 10:30 am y 17:00 horas en la capilla Dulce Nombre de Jesús, y a las 18 horas en la capilla de San Francisquito.
Aunque para muchos éstas no son medidas suficientes para evitar contagios, el presbítero Gerardo Casillas González, destacó que las actividades programadas continuarán, pero se transmitirán en vivo en las plataformas oficiales de la Iglesia, ante las advertencias que ha emitido el secretario de Salud, José Luis González Pinzón, de exhortar a la Diócesis de Campeche para cancelar el concierto de Cielo Abierto, que se llevará a cabo en un circuito cerrado y que será transmitido en vivo.
Agregó que los sacerdotes están tomando las medidas pertinentes para hacer adecuaciones a la calendarización de las actividades, pues aún no se tiene en claro qué va a suceder con las medidas de prevención, y sobre todo cuando las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Secretaría Nacional de Salud indican que entre los días 20 y 30 de marzo será la mayor propagación del virus, pero ignoran cuánto más podría prolongarse la situación.
El ciego que pudo ver
El ciego no ve y por eso no se da cuenta de lo que está pasando a su alrededor. En este capítulo de San Juan, hemos escuchado la oración bautismal del ciego de nacimiento que dialoga con Él y como vimos la semana pasada con la samaritana, Jesús la va llevando en un proceso para que lo reconozca como su Dios y su Señor, por lo que termina adorándolo, señaló el obispo durante su homilía en la Iglesia Catedral.
Añadió que lo anterior tiene que llevar ciertos pasos: primero a Jesús le llaman hombre, después Profeta, luego Mesías y finalmente lo reconocen como Dios. Por eso se postra ante Él, pero es un proceso que va llevando en su catequesis bautismal.
El ciego no ve, Jesús hace lodo con su saliva, se lo pone en los ojos como amalgama y lo manda a la piscina de Siloé, que en hebreo significa cambiar. En ese lugar el hombre se lava los ojos con el agua y comienza a ver.
Va con sus papás y les dice: ya veo y no le creen, porque era ciego de nacimiento; sin embargo, de la noche a la mañana comenzó a ver. Pero, dijo el obispo, viene un problema del orden público religioso; en esa época los fariseos —en hebreo shabat significa descanso—, como en este periodo que estamos pasando en cuarentena, en sábado no podían hacer nada.
Los fariseos se dan cuenta de que el ciego recobró la vista y lo interrogan. Les habían advertido que si creían en Jesús los expulsarían de sus comunidades, y por eso los papás prudentemente se lavan las manos. Dijeron que su hijo ya era mayor de edad y podía responder; entonces lo vuelven a interrogar advirtiéndole que Jesús era un delincuente por haber curado a un ciego en sábado, cuando no se debía hacer nada.
Jesús llama a los fariseos a quienes dice: Dios no es castigador por nuestros pecados, pues ¿quién estaría exento de pecados, prácticamente nadie, por lo que es necesario dejar nuestra ceguera para que Dios nos dé la visión
. (Karina Gómez)
Homilía en la catedral